Archivo diario: 31 octubre, 2019

21 días para tu victoria – Día 4

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21 días para tu victoria – Día 4

Hola! Cómo estas? Estos días han sido muy movilizantes si has ido leyendo los capítulos de la Biblia que el Señor nos iba marcando.

Vuelvo a recordarte: «Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.» Isaías 54:2-3

También lo que nos dijo el profeta Daniel 10:11-13: «Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.»

Y así como el Señor nos llevó a meditar en Daniel 9&10 y ayer en Esdras 9&10, hoy nos lleva a meternos un poco más adentro del pensamiento de Dios para nosotros, hoy el Señor mismo nos invita a leer y meditar, y a actuar en consecuencia, en referencia a Nehemías 9&10. El título del capítulo 9 de Nehemías nos dice: ‘Esdras confiesa los pecados de Israel’ pero no pienses que es una repetición de lo que leímos ayer sino una continuación de lo que ocurrido pues nos dice el v.2 «Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros».

Así como la salvación es un hecho puntual, en un momento reconocemos a Jesucristo como nuestro Salvador personal, la santificación posicionalmente se realiza en ese momento pues somos justificados por apropiarnos de la obra redentora de Cristo, luego le sigue un proceso de santificación que dura toda la vida. Qué significa esto? Que durante toda la vida, debido a nuestra naturaleza pecaminosa, vamos a ir pecando por lo cual tenemos que presentarnos ante Dios y pedirle perdón por nuestros pecados y que Él nos perdone. Nos dice 1 Juan 1:9: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» Esto no tiene que ver con nuestra salvación sino con el perdón de nuestros pecados en el andar diario del creyente en este mundo.

El pasaje de ayer de Esdras 9&10 nos muestra una decisión clave que tenían que tomar el pueblo de Israel, obedecer a Dios y sus mandamientos. El pueblo decide obedecer a Dios y apartarse de los pueblos de la tierra y ahora en Nehemías 9&10 nos cuenta lo que siguio después.

Te voy a copiar Nehemías 9 para que puedas tener presente lo que nos dice la Biblia-aunque sea un pasaje largo, por favor léelo, orando para que el Espíritu Santo pueda hablarte personalmente:

El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí.

2 Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

3 Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.

4 Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios.

5 Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza.

6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham;

8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.

9 Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo;

10 e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.

11 Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas.

12 Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.

13 Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos,

14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley.

15 Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña;y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.

16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.

17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.

18 Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones,

19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.

20 Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.

21 Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.

22 Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán.

23 Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.

24 Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran.

25 Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad.

26 Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones.

27 Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos.

28 Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste.

29 Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon.

30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.

31 Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.

32 Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.

33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo.

34 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas.

35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.

36 He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien.

37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.

Pacto del pueblo, de guardar la ley

38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.

Es impactante, un momento de decisión congregaciones, nacional, familiar y personal. Vas a ir leyendo al final del capítulo 9 y durante todo el 10 que fue algo personal, nos da los nombres por familias para que puedan identificarse fácilmente de quienes estábamos hablando.

Nos habla que durante 1/4 del día, es decir 6 horas del día, leyeron el libro de la ley de Jehová-leyeron la Biblia y la otra 1/4 parte del día (es decir, otras 6 horas) confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.

Estamos en 21 días de guerra espiritual para poder alcanzar la victoria de Cristo en nuestras vidas y en nuestras familias. La vida diaria tal vez no nos permita dedicar esas horas a la lectura de la Biblia, la oración, la confesión de pecados y la adoración a Dios, pero coincidirás conmigo que podemos hacer mas de lo que venimos haciendo. Estos 21 días te animo, te invito, te exhorto de parte del Señor que lo busques como nunca antes y te animes a creer por mas. Ya sabemos que Él nos oye, y nos responde. Hoy nos toca a nosotros seguir avanzando en la profundidad de nuestra relación con nuestro Padre Celestial.

Tal vez todavía te preguntes que tiene que ver esto con la guerra espiritual? Necesitamos estar limpios de todo pecado para que el enemigo no tenga ocasión contra nosotros, y necesitamos acercarnos mas a nuestro Padre Celestial para que Él nos hable, nos instruya, nos guíe y nos lleve a nuestra tierra de victoria.

Se que el texto ha sido largo, pero te pido que si lo leíste hasta aquí que me dejes saber y que sos una mas que me acompaña en este caminar juntas durante 21 días hasta alcanzar nuestra victoria. Es un proceso y el Señor está con nosotras !

Dios te bendiga querida Mamá que Oras, hay esperanza para vos y para tu familia. Dios mismo te está llamando a mayor intimidad con El y con Su Palabra. La invitación está en pie, vas a la cita de amor?

Bendiciones y cariños, Ale
Pastora Lic. Alejandra Zangaro
www.mamasqueoran.com
mamas@cvclavoz.com
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