40 días con el Nuevo Testamento: El canasto de carbón – Has notado algún cambio? Cuál es tu testimonio?

Cuenta la historia de un anciano que vivía en una granja en las montañas con su joven nieto.
Cada mañana, el abuelo y su nieto se sentaban a la mesa de la cocina para leer la vieja y estropeada Biblia.

Un día el nieto le preguntó: – abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta mucho pero no la entiendo y lo poco que logro entender se me olvida enseguida.
¿Por qué necesitamos leer la Biblia? ¿Qué tiene de bueno?

El abuelo que escuchaba, mientras echaba carbón en la estufa, respondió: – Querido hijo, toma el canasto de carbón ve al río y tráemelo lleno de agua.

El nieto obedeció a su abuelo, aunque toda el agua se perdió antes de que él pudiera volver a la casa.

El abuelo se rió y dijo: – Tendrás que caminar más rápido y lo envió nuevamente al río con el canasto del carbón para hacer un nuevo intento.
Esta vez el niño corrió todo lo que pudo, pero de nuevo el canasto estaba vacío antes de que llegara a la casa.

Casi sin respiración, le dijo a su abuelo. – Llevar agua en un canasto de carbón es imposible, nunca lo lograré. Si tú quieres que traiga agua iré con otro tipo de recipiente.
Pero el anciano dijo: – Es que yo no quiero un recipiente de agua, quiero un canasto de agua.

– Tú puedes lograrlo, trata de ir más rápido y lo conseguirás.
El anciano salió, para ver lo que hacía su nieto. El niño sabía que era imposible, pero quería demostrar a su abuelo que aún cuando corriese tan rápido como podía, el agua se saldría antes de que llegase a la casa.

Al llegar de nuevo con el canasto vacío, dijo: – ¡Mira abuelo, es inútil!

– ¿Por qué piensas que es inútil? Le preguntó el anciano. Mira dentro del canasto, ¿no ves algo diferente? El niño miró el canasto y no vio nada especial, pero de pronto se dio cuenta de que en lugar de estar sucio y lleno de restos de carbón, estaba muy limpio.

-Hijo, le dijo el abuelo, esto es lo que pasa cuando tu lees la Biblia, tal vez no puedes entender o recordarlo todo, pero a medida que la vas leyendo te limpia por dentro.

“Ésa es la obra de Dios en nuestra vida. Para transformar nuestro interior, debe lavarnos lenta y constantemente hasta producir una limpieza, que le permita obrar sin ningún tipo de obstáculos”

Durante estos 40 días con el Nuevo Testamento, cómo ha obrado el Señor en tu vida? Qué testimonio tienes para compartir con nosotros? Hay algo que el Señor ha ido hablándote a lo largo de estas preciosas notas y reflexiones … En lo personal, todas y cada una de las nota me han hablado de alguna manera. El Señor no deja de sorprenderme que siempre llega con una palabra oportuna y fresca de acuerdo a mi necesidad.

Varios de los autores me compartían como ‘justo’ el pasaje asignado era lo que el Señor les venía hablando, ministrando … y estoy segura que habrá fruto abundante, mucho fruto y fruto que permanece conforme a Su promesa en Isaías 55:11:

«Lo mismo pasa con mi palabra
cuando sale de mis labios:
no vuelve a mí
sin antes cumplir mis órdenes,
sin antes hacer lo que yo quiero.»

Cuál es tu testimonio?

Saludos y bendiciones,

Pra. Lic. Alejandra Zangaro – www.mamasqueoran.com

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