De dónde viene nuestro socorro? Parte 2 de 2, por Cristian Yavar

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.Isaías 41:10

Bendiciones a todos una vez más, que alegría tener la oportunidad de referirme nuevamente a ustedes. 

Hace un par de semanas atrás comenzamos un tema muy interesante y educativo en este hermoso lugar llamado Mamás que Oran.  El tópico a tocar este mes se refiere a “En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total”. En la primera parte de este mensaje vimos y estudiamos acerca de los “Montes”, los cuales desde un punto de vista bíblico nos van guiando y dando pautas a seguir en nuestra vida.

Hoy veremos la segunda parte y final de este fascinante tema. Aquí vamos…

“Y cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal”

Deuteronomio 11:29 nos habla entre otras cosas, acerca de nuestra decisión, son Montes en los cuales debemos tomar determinaciones, elegimos la bendición y nos enfocamos en el Monte Gerizim, o bien hacemos caso a nuestro inherente estado pecador de ser humano y ponemos nuestra mirada en el Ebal. Tu eliges.

Un versículo conocido por muchos y que habla de más o menos lo mismo, lo encontramos más adelante en el capítulo 30 versículos 15-17, leamos…

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;  porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.

Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres,

Cuántas veces no hemos sentido que nuestra fe está siendo probada, creo que todos sin excepción alguna vez hemos estado en esa incómoda pero necesaria posición, hay un monte que nos habla de esa prueba, me refiero al Monte Carmelo, donde la fe se pone a prueba, pero al final acaba en una lluvia de bendición, trayendo consigo como consecuencia de esta abundancia un campo fértil y fructífero. La historia completa habla de una sequía, y al final termina en una lluvia abundante, los invito a leer la historia completa, aunque en esta parte solo les voy a dar el inicio del relato, espero se den un tiempo de leer el episodio completo. 1 Reyes 18:20-21 dice así…

“Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.

Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”.

Otro Monte lo vemos en Marco 9:2-3.

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.

Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.

El monte Hermon, del hebreo Consagrar, es donde nos preparamos para ver la Gloria de Dios manifiesta, es a la vez según Deuteronomio 4:48, un sinónimo del Monte Sinaí.

“Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón”

Finalmente, y por supuesto, no por eso menos importante quiero referirme a ustedes quizás con el Monte más conocido por todos, me refiero al Monte de los Olivos, este monte representa el lugar en el que el Señor te levanta victorioso, de alguna manera clara de entender es cómo llegar a la meta, luego de haber pasado tantos y tantos Montes en nuestra vida. Leamos Marcos 13:3

“Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte”

El hombre cuando está en obediencia a Cristo todo lo puede en cada uno de estos Montes mencionados anteriormente, son necesarios para formar nuestro carácter, es prácticamente indispensable pasar por todos ellos. De ahí viene el Socorro, Nuestro Socorro viene de Dios, por medio de nuestro Señor y salvador Jesucristo que hizo los cielos, la tierra y los Montes para ser señal de ayuda, así como los marineros en las agitadas y oscuras aguas de los océanos buscan la luz de un faro que los guíe a tierra firme, así mismo, nosotros tenemos los Montes creados por Dios, desde allí vendrá el Auxilio, sea cual sea la circunstancia, hay un monte especialmente creado por Dios para ir a nuestro rescate.

Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.

Amen.   

por Cristian Yavar

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