Cuando Jesús hizo los milagros de la multiplicación de los panes y los peces como también al resucitar a Lázaro, dio gracias a Dios por su provisión, por escucharlo, ayudarlo y estar con él en todo momento.
Mateo 14:19 (TLA) Alimentación de los cinco mil
Luego de ordenar que la gente se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes y se los dio a los discípulos, para que ellos los repartieran a la gente.
Mateo 15:35-36 (TLA) Alimentación de los cuatro mil
Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes y los pescados, dio gracias a Dios por ellos y los partió en trozos. Se los dio a los discípulos, quienes repartieron la comida entre la multitud.
Juan 11:41 (RVR1960) Resurrección de Lázaro
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
Al ser hijos de Dios, nosotros también debemos imitar el ejemplo de nuestro Salvador y tener esa misma actitud hacia nuestro Padre Celestial por su infinito amor, su perdón, gracia, sanidad, bondad, fidelidad, misericordia, fortaleza y provisión.
En ningún momento olvidemos todo lo que Dios hizo por nosotros. Seamos agradecidos por cada milagro que ha hecho en nuestra vida y en la de nuestros seres queridos, porque de esa manera le demostramos cuánto lo amamos y valoramos su amor y cuidado.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre
2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila. Salmo 103:1-5
Brisna Bustamante S.
Bolivia