“en medio de nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quién nos amó, nos dará la victoria total”
Romanos 8:37
Leí una vez, las siguientes palabras que son muy oportunas para nuestro tema:
“sea amable con el otro, él también está peleando una batalla”
Esto es muy bueno recordarlo porque, a veces creemos que somos los únicos a los cuales les suceden cosas desagradables; en realidad, a todos nos pasan cosas y todos estamos peleando batallas en esta vida a cada hora, cada día, cada año.
El problema del sufrimiento humano ha sido, un enorme enigma que acompaña al individuo desde épocas muy remotas.
También la experiencia del sufrimiento ha sido motivo para el cuestionamiento permanente de la existencia de Dios y de su amor.
Siempre hemos escuchado: “si Dios existe, por qué esto, por qué lo otro….?, etc.”.
Debemos reconocer que la vida, es un gran interrogante, un inmenso misterio del cual, difícilmente los seres humanos podamos llegar a entender tan solo una muy pequeña parte de todo lo que ella encierra. Por todas partes nos rodea el misterio.
Cuando todo nos “va bien”, es cuando generalmente nos olvidamos de pensar en nuestra existencia, de replantearnos nuestra vida, de pensar en quienes somos y de cómo poder vivir mejor !! tan solo disfrutamos los vientos a favor que empujan el barco de nuestra vida por el hermoso océano de la realidad que nos toca. Los problemas empiezan cuando la tempestad se levanta y comienza a golpearnos mostrándonos lo que somos en esencia, personas muy débiles, seres muy frágiles!!!!.
La pérdida de un ser querido, la falta de salud, un matrimonio roto, un fracaso amoroso, una familia desarticulada, la falta de trabajo, los problemas de la escasez económica, los problemas con los hijos, los conflictos familiares, las angustias existenciales, nuestras propias caídas y debilidades, nuestros errores, la tristeza que pueden traernos nuestras experiencias pasadas, recuerdos dolorosos, etc., etc., son en esencia, muchas de las cosas que representan todos nuestros problemas.
Como cristianos, debemos saber que Dios, nunca nos dijo que la vida sería fácil, en ningún lugar de la Biblia dice tal cosa; es más aún, el mismo Señor Jesucristo dijo en el Evangelio de Juan cap. 16:33:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Aquí están encerradas grandes lecciones para todo aquel que ama a Dios.
Hay tres realidades en este texto:
1°- la realidad de la PAZ: necesitamos la paz dentro de nuestros corazones, en el silencio de nuestra alma, necesitamos paz, mucha paz. Por más que tengamos tormentas y luchas afuera, si adentro nuestro estamos en paz, podremos enfrentarlas de una manera victoriosa. Solo la presencia efectiva del Señor en nuestros corazones puede darnos paz.
2°- la realidad de la AFLICCIÓN: si, es verdad!!, en el mundo tendremos aflicción y aflicciones de todo tipo, Jesucristo no nos engaña. Nunca Dios nos dijo que sería fácil vivir en esta tierra, lo que Dios siempre nos ha dicho, nos ha prometido y sostenido es que “estaría con nosotros, en todo momento”.
3°- la realidad del TRIUNFO: las palabras de nuestro Señor Jesucristo en este texto terminan con un grito de triunfo y bendición: “confíen yo he vencido al mundo”. Sí, no es fácil, pero debemos creer y aceptar el triunfo de Jesucristo como nuestro triunfo, eso debe darnos seguridad, tranquilidad y descanso frente a las tormentas y a los problemas de la vida.
Ahora, es lógico que nos preguntemos ¿por qué permite Dios que pasemos por angustias, pruebas, luchas y experiencias difíciles de asimilar?»
Debemos saber qué, una de las experiencias más difíciles en la vida cristiana es querer tratar de comprender con nuestra mente, ¿por qué un Dios que es amor, que es bondad y misericordioso permite cosas realmente duras como la muerte, la maldad, las enfermedades, las catástrofes, los daños morales, el sufrimiento de personas buenas, las preocupaciones, el miedo?, ¿por qué?
Alguien dijo una vez (y nunca pude saber quién fue !!):
“la voluntad de Dios no está en todo; la voluntad de Dios está detrás de todo”.
Es decir: Dios no quiere el sufrimiento, Dios no está en que una persona se muera, o una criatura nazca con una malformación o, existan desastres en la humanidad, Él no quiere eso, Dios lo permite que es otra cosa, y lo permite con un propósito que tal vez, nunca conozcamos o no lleguemos nunca a entender.
La Biblia nos enseña de manera muy clara y enfática que Dios ama a aquellos que son Sus hijos, y a quienes son sus hijos “todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Eso debería significar entonces que, las pruebas y tribulaciones, las angustias y las luchas, las caídas y los tropiezos, los errores y los aciertos que Él permite en nuestras vidas, son parte de aquellas cosas (muchas veces inentendibles, incomprensibles, etc.) que nos ayudan a cumplir sus propósitos, sus planes para lo que será nuestro bien.
Muchas veces, en nuestro andar cotidiano, la voluntad de Dios permite cosas y/o situaciones para nuestra vida que jamás hubiéramos pensado que íbamos a sentir, a vivir, a experimentar, a cargar con nosotros.
Las pruebas no nos gustan, no las deseamos, no las queremos pero, son ellas las que nos proporcionan, lo que la Biblia llama en 2° Corintios 4:17-18, un “eterno peso de gloria”:“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
El apóstol Pablo nos está diciendo que: “no hay en esta vida ningún tipo de prueba que pueda contrarrestar lo que vale y representa la gloria eterna”; nosotros miramos lo temporal, Dios mira lo eterno.
CONTINUARÁ………..
por Jorge Pérez
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