Fe victoriosa, por Andrea Cortez de Morel

Fe victoriosa

“Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe. ¿Y quién puede ganar esta batalla contra el mundo? únicamente los que creen que Jesus es el Hijo de Dios.”

1 Juan 5:4-5 NTV

¡Impresionante! ¡Qué privilegio! Los únicos que podemos ganar la batalla contra el mundo, somos los que creemos que Jesus es el Hijo de Dios. Lo repito y lo recalco, porque muchas veces leemos sin prestar la suficiente atención y sin apropiarnos de la Palabra poderosa que Dios nos da.

Ahora veamos, según Juan ¿Quien gobierna este mundo? Un ángel caído llamado Satanás. Que creó un sistema basado en: la ambición, el egoísmo, la idolatría, el orgullo, la codicia, la mentira y muchos placeres que van en contra de Dios. Este mundo que la Biblia nos presenta, está constituido por una sociedad sin Dios, e incluye al sistema económico, político, a la educación, la religión y todo lo que a diario vemos y con lo cual convivimos. El maligno distorsiona y utiliza las riquezas, las ideologías, los logros intelectuales, la música, etc para llenar las vidas humanas de vanidades y cosas superfluas, que confunden las mentes y los corazones, con el fin de tenerlos sujetos bajo su dominio, intentando apartarlos de Dios, para impedir que se den cuenta del vacío en el que se hallan sus vidas y evitar que piensen en la necesidad de ser salvos.

A los que creemos en el Señor, Satanás también nos puede engañar, entretener y así desviarnos, para que no caminemos en la voluntad de Dios, la cual es que seamos herramientas útiles en sus manos y vasijas de honra transportando el mensaje de salvación. Por tal motivo nos odia y desea destruirnos o neutralizarlos.

Esto es muy claro y sencillo; este mundo en el cual vivimos, pero al cual no pertenecemos, está controlado por el maligno. No obstante, al estar nosotros en Cristo, recibimos la fortaleza, la sabiduría, el entendimiento y toda la armadura de Dios, para poder hacer frente a este sistema.

Esto no quiere decir que todo nos vaya a salir bien y como nosotros queremos. La fe en Jesus no nos excluye automáticamente de las dificultades, pruebas o tragedias. La Palabra por medio de distintos versículos nos lo explica muy bien: “en el mundo tendremos aflicciones, pero debemos confiar, creer, aferrarnos, perseverar, tener los ojos puestos en Jesús, quien es el autor y consumador de nuestra fe, porque El vencio al mundo” y si estamos en El, somos mas que vencedores.

Atravesar adversidades o sufrimientos no quiere decir necesariamente que tenemos poca fe. La misma fe que en muchas oportunidades nos ayuda a librarnos de problemas, enfermedades o situaciones dolorosas, en otros momentos nos ayudará a soportarlos y a resistir. 

La fe en Jesus no es un puente que nos permite pasar por sobre la tormenta sin que esta nos toque, sino que es un paso a través de ella, nos hace avanzar firmes por más oscuro que sea el camino, nos impulsa a seguir hacia adelante y nos sostiene cuando estamos a punto de desmayar, nos ayuda a perseverar en la oración y alabanza.

La fe es creer con todo nuestro corazón y con toda la mente en Jesús y Su Palabra, porque lo que el Hijo de Dios hizo hace más de 2000 años al venir a la tierra aún continúa vigente, todo lo que Él vivió es un ejemplo a través del cual nosotros tenemos que vivir.

Jesus fue tentado en todo, pasó hambre, no tenía donde apoyar su cabeza para dormir, lloro por la muerte de su amigo Lazaro, soportó críticas, murmuraciones, desprecio, experimentó el dolor físico, emocional y espiritual al ser abandonado por su padre en el momento más difícil de su vida.

Gálatas 1:4 nos dice que: Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre. 

EL SEÑOR ya nos libró del poder de Satanás, tenemos que saber que más allá de todo lo que nos toque vivir LA VICTORIA LA TENEMOS ASEGURADA. 

“Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios.¡ Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesus nuestro Señor.”

                                                 Romanos 8: 37-39 DHH94PC

Es mi más profundo deseo que podamos experimentar la total libertad que Cristo obtuvo en nuestro favor, sabiendo que todo pasara, pero que los que hacemos la voluntad de Dios permanecemos para siempre.  

                                     Esta es nuestra Fe Victoriosa, la puesta en JESÚS, el Hijo de Dios.

por Andrea Cortez de Morel

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