Pablo había sido advertido por el Espíritu Santo que le sobrevendrían aflicciones en Jerusalén, por lo cual los creyentes le rogaban no ir allá, Incluso, cuando llego a Cesárea, fue advertido por un profeta que descendió de Judea, llamado Agabo, de que sería: atado, encarcelado y entregado por los judíos de Jerusalén, en manos de los gentiles, sin embargo, Pablo no se amedranto ante esto sino que dijo:
Hechos 21:13” Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús”.
Que movía a Pablo a seguir adelante a pesar de estas advertencias?
Las necesidades espirituales de aquellos que no conocían a Cristo y el amor paternal que tenía por los que evangelizaba estaban canalizadas a un único objetivo: Proclamar el amor de Dios por la humanidad, su sacrificio y propiciar una búsqueda de Dios para que los hombres pudiesen obtener la salvación.
1ª Corintios 9:22-24 “ Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Su sacrificio personal, su entrega, sus viajes, indicaban que Cristo había tomado posesión de Pablo, y Pablo se sentía tan identificado con El, que nos dice: Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi. Es por esta causa que Pablo esta dispuesto a dar su vida por los cristianos y cumplir la voluntad de Dios, aun cuando esto significara perder su libertad. Muchas fueron sus luchas y peligros en Jerusalén, fue atado y arrestado, pero a pesar de la oposición, y aun con todas estas circunstancias pudo hablar a una gran multitud y le escucharon. Más aun, todavía no se había completado su misión y le esperaba un largo camino por transitar.Por fe y amor a Cristo, siempre estuvo dispuesto a seguir adelante.
Galatas 2:20-21 “ Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”.
Mil bendiciones!!!!!
Silvia L. Sanchez 
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1 Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE ¡!!
