Hoy nos toca leer Proverbios, capítulo 14. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+14&version=RVR1960
Risas
Juntadas con amigos, salidas, cumpleaños, vacaciones, son momentos que, por lo general, son divertidos y alegres. Todos alguna vez nos reímos hasta que derramamos lágrimas con nuestros amigos o familiares. Sin duda son instantes inolvidables.
Por otro lado, veces nos encontramos en situaciones difíciles, en las cuales nos invade la tristeza, las ganas de llorar o de aislarnos. A todos nos tocó, o nos tocará, atravesar momentos así.
“La risa puede ocultar el corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece” Proverbios 14:4 NTV
En la Biblia encontramos está gran verdad. ¿Cuántas veces estuvimos tristes y buscamos distraernos con salidas o amigos? En el momento, seguramente, nos olvidamos de nuestro problema, pero cuando volvemos a estar solos y a pensar el dolor sigue ahí, nunca se fue.
En Isaías 54:4 dice que Jesús llevo nuestros dolores. Jesús es la persona más empática que podamos conocer. Fue capaz de hacerse humano, como vos y yo, y pasar por lo mismo que atravesamos nosotros. Tuvo problemas, sufrió maltratos, tentaciones, todo por amor a nosotros.
¿Quién mejor que Él para entendernos? ¿Quién mejor que Él para contarle las cosas que nos suceden? Dios conoce TODO y sabe cómo nos sentimos en esos momentos pero quiere que nos acerquemos y le entreguemos nuestras cargas (Salmos 55:2).
En Salmos 30:11 podemos leer “Tú cambiaste mi duelo en alegre danza…”, ese mismo Dios que cambió el lamento, la tristeza, en danza al salmista, es el mismo Dios que tenemos vos y yo. Dios no cambia, sus promesas siguen en pie, Él es fiel.
Si todavía no conoces a Jesús te invito a que puedas acercarte a Él, es lo mejor que te puede pasar en la vida. Él trae paz a tu corazón. Jesús te amó tanto que fue capaz de morir en una cruz para salvarte del pecado. Todos nos equivocamos y hacemos cosas no agradables, eso es pecado y nos separa de Dios. Jesús vino a ser un nexo entre Dios y nosotros. La única manera de llegar a Él es a través de Jesús.
Por Marina Padula, desde Buenos Aires, Argentina