Hoy nos toca leer Proverbios, capítulo 20. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+20&version=RVR1960
Control vs. Desenfreno
En esta modesta meditación me gustaría que podamos contemplar dos actitudes contrastantes en este capítulo 20 del libro de Proverbios, esto, para luego aprender de ellas y sacar algo que sea de bendición para nosotros. No voy a tocar todos los versículos de este capítulo, solamente los que traten de este tema, “Control vs. Desenfreno”. Para poder plasmar mejor los ejemplos que vamos a ver, les invito a imaginar en cada versículo que tratemos, una persona mostrando estas formas de actuar.
Bueno, comencemos por el principio. En el versículo 1 podemos observar a alguien que se deja llevar por las bebidas, su aroma, sabor y sensación de libertad y poder, mas vemos que esto solo trae problemas; Dios nos dice que hacer lo opuesto es muy sabio.
En el versículo 3 vemos a esta persona que persiste en pelear con otro dando rienda suelta a su enojo; Dios nos dice que, por el contrario, dejar la contienda es señal de honor.
En el versículo 4 y 13 observamos a un muchacho perezoso, que mecido en los brazos de la comodidad no llega a sustentarse de pan ni progresa económicamente en la vida, mas ser diligente y abrir los ojos es el consejo y mandamiento de Dios.
En el versículos 15 y 19 vemos dos personas, una de ellas es suelta de lengua, anda en chismes y descubre el secreto, la otra, es comparada con multitud de piedras preciosas, ella es de labios prudentes.
Así, podemos ver en este libro muchos ejemplos más relacionados con el control y el desenfreno, los beneficios de uno, las consecuencias del otro. Y cuando hablo de control, viene a mi mente este pasaje precioso en el libro de Gálatas donde se plasma el fruto del Espíritu Santo, aquí, habla sobre esto en otras palabras, lo presenta como el dominio propio, la templanza. Nosotros, como hijos de Dios, tenemos que mostrar en nuestras vidas esto, control. No es nada fácil, a mí al igual que a muchos, me cuesta, pero es indispensable que comencemos a luchar en nuestras vidas por esto, que nos esforcemos cada día en mejorar para Dios. Él está ahí, esperando a que sus hijos le pidamos sin dudar sabiduría para dárnosla abundantemente y sin reproche.
Es tiempo de que nosotros, los jóvenes, nos pongamos de pié y nos unamos en hermandad y amor, nos ayudemos unos a otros con la mirada puesta en llevar vidas que honren y den gloria a Dios, vidas integras, de dominio propio y de bendición para otros. ¡Lo hagamos! porque tenemos la fuerza juvenil que Dios nos da, y lo hagamos juntos, porque cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente.
Muchas gracias.
Cruz Neme José Tomás
20 años.
Tucumán, Argentina
