Hoy nos toca leer Proverbios, capítulo 28. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+28&version=RVR1960
Tarea difícil resumir un capítulo del libro de Proverbios en unos renglones, por eso si estás leyendo esto te invito a que lo leas por tu cuenta y saques muchas más enseñanzas que las que vamos a ver acá.
Hay algo que me llamó la atención de este capítulo y lo busqué en varias versiones de la Biblia y la que me parece que expresa más claro el pensamiento es la versión TLA (Traducción en Lenguaje Actual). Dice el versículo 9:
Dios rechaza las oraciones de los que no lo obedecen.
Parece muy duro y mucha gente suele plantear en circunstancias diversas, ¿Dónde está Dios?
Hay un video de una entrevista que le hicieron a la hija de un reconocido predicador en la cual le preguntaban por qué Dios había permitido el ataque a las torres gemelas en 2001.
Ella aclaró que la situación a Dios lo ponía triste por ver los resultados de la maldad de las personas, pero estaban cargando con las consecuencias de haberse alejado de Él.
Lo habían sacado de las escuelas, de las casas, de los trabajos, de los gobiernos… y ahora experimentaban los resultados.
La situación en la que vivimos suele responder a qué hicimos (como sociedad) frente a la opción de obedecer o no a Dios.
Y Dios se podría preguntar, ¿Dónde están las personas que me obedecen?
Muchos podemos pensar, “Dios no contesta mis oraciones”… pero, ¿Cuántos de nosotros nos preocupamos por obedecerlo?
Solemos pensar que Dios actúa como el genio de la lámpara, que cuando lo necesitamos, hacemos algo y aparece por arte de magia para satisfacer nuestros deseos.
Tristemente es algo muy común de todos.
Dios no “funciona” de esa manera.
En contrapartida con este versículo 9 que resalta que Dios rechaza la oración de quienes no lo obedecen, la Biblia dice en el Salmo 51 que Dios NO rechaza el corazón que se acerca a su presencia con humildad.
¿Hace cuánto que no nos acercamos a Dios con humildad? Reconociendo que ÉL es Dios y nosotros somos criaturas.
Ésta es la fórmula que nos acerca a Dios. Reconocer quién es Él y quienes somos nosotros.
Dios NUNCA nos va a rechazar cuando lo busquemos como Él pide.
Por ahí nunca tuviste un encuentro con Dios personal, en el que lo reconocieras como Dios. Capaz nunca escuchaste nada de esto.
Hay algo que nos separa de Dios, que nos lleva a pensar que nosotros somos los que tenemos que manejar todas las cosas, decidir y diseñar nuestra vida y encargarnos de nuestro futuro.
Actuar de esta manera es dejar la humildad a un costado, no teniendo en cuenta a Dios para nada… y así dejaríamos el requisito que Dios pone como condición para aceptarnos.
¿Por qué nos cuesta tanto?
Dice el versículo 13 de Proverbios 28 que para empezar nuestra relación con Dios debemos acercarnos a Él pidiéndole perdón por nuestros pecados. Él promete perdonarnos.
A partir del momento en que nos reconocemos pecadores y aceptamos la salvación que Jesús ofrece, comenzaremos a caminar de acuerdo a lo que Dios preparó para nosotros.
El orgullo (falta de humildad), los enojos, las cosas que vos y yo sabemos que hacemos mal nos distancian de Dios.
Por eso nos cuesta tanto ser humildes como pide Dios. Por eso no podemos prosperar.
Pero Dios no nos deja con dudas, sino que así como da la clave por la cual NO podemos prosperar, también nos da, en este capítulo, la receta para prosperar en la vida.
El Proverbio en el versículo 25 dice:
Aquella persona que confía en Jehová prosperará.
Todo lo demás va a acomodarse cuando Dios tenga el primer lugar en nuestra vida.
¿Cuánto hace que no le confesamos a Dios nuestros pecados para que nos perdone?
¿Cuánto hace que no confiamos en Dios?
¿Cuánto hace que no obedecemos a Dios?
En base a lo que respondamos a estas preguntas sabremos porqué Dios contesta o no nuestras oraciones.
Leandro (32). Casado con Gabriela. Vivimos en Argentina y buscamos servir al Señor con nuestra vida, en agradecimiento a lo que hizo por toda la humanidad.
