Jóvenes de Avivamiento, día 29/31, por Franco Morel

Hoy nos toca leer Proverbios, capítulo 29. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+29&version=RVR1960

Influencers

Hoy les hablo a las autoridades, a los poderosos, a los que mandan e influyen. Les hablo a los que inspiran, a los que la gente respeta, a los que los hombres miran y obedecen. ¿Piensan que les hablo a los presidentes? ¿A los gobernadores y jueces? ¿A los senadores o diputados? ¿A los pastores y evangelistas? No, sino a ustedes, a cada uno de ustedes que son madres y padres, esposos y esposas, amigos y amigas, jefes y jefas, líderes de iglesia y líderes en el trabajo. Les hablo a los gobernantes y pastores, pero también les hablo a todos nosotros. A los que Dios les otorgó algún grado y nivel de autoridad e influencia. Influencia como la de los padres con los hijos, los esposos con las esposas, los jefes con sus empleados y los lideres con sus discípulos. Todo lo que ustedes hagan va a ser visto y a producir un impacto, el cual puede ser bueno o malo. Salomón eso lo sabía, él era consciente de la responsabilidad de tener autoridad e influencia. Entendía que los ojos de Dios estaban fijados con más detenimiento y severidad sobre todo lo que él hacía y decía. Salomón tenía bien en claro que Dios le iba a exigir mayor santidad, integridad y rectitud, la mayor exigencia provenía de tener mayor responsabilidad. Al convertirse en rey, Salomón iba a tener que responder por lo que le sucedía y no le sucedía a cada uno de los israelitas. Cada situación que acontecía en su reino era su responsabilidad. ¿Mucha responsabilidad? Si. ¿Decisiones difíciles? Si. ¿Demasiada exigencia? Si. Apenas ascendió al poder esta exigencia lo empezó a agobiar a Salomón, lo oprimía y estresaba. Ni siquiera había dado su primer orden, su padre ni siquiera había sido enterrado cuando los pensamientos lo comenzaron a atormentar. En su agonía Salomón busco a Dios y El contesto, salió corriendo en busca de su sostén y le pidió sabiduría. Conocimiento para conocer lo que le excedía, lo que desconocía y lo que correspondía. Solicito sabiduría para administrar la presión, para actuar con amor y para actuar con las motivaciones correctas. Pidió conocimiento para reflejar a Dios y poder influenciar para el bien. De la sabiduría escribió Proverbios, para guiarnos en toda verdad. Escribió Eclesiastés, para mostrarnos el propósito de la vida. Y escribió Cantar de los Cantares, para revelarnos que el amor es lo más poderoso. El propósito de la vida es caminar en toda verdad, enseñándola y manifestando el verdadero amor de Dios. Enseñando y manifestando, exteriorizando, influenciando, guiando. Muchas veces ignoramos que en algún momento de la vida hemos recibido autoridad y el poder de influenciar. Desconocemos las ondas que generan nuestras acciones y dichos. Salomón centro su atención en los motivos y los efectos de nuestro caminar, por eso es que nos dejó el capítulo 29 de Proverbios.

“Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.”– Proverbios 29:2 NTV

Uno desconoce el alcance y efectos que tienen nuestras acciones. Pero en ningún momento dudemos de que trascienden nuestra esfera. Salomón como gobernante sabía que en sus manos tenía el ánimo del pueblo y también sabía que ese ánimo dependía de su integridad. Es imposible comportarse por mucho tiempo de una forma que vaya en contra de lo que tenemos en nuestro corazón. Por eso la Biblia dice que “… de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45). Lo que tengamos en nuestro interior, eso es lo que vamos a contagiar y más si tenemos influencia. Esto demanda una reevaluación de nosotros. 

Una vez que somos conscientes de la responsabilidad, autoridad e influencia que nos dio Dios, podemos decidir cómo utilizarla. Porque es dado por Dios para guiar, aconsejar y corregir, pero siempre como amor. Salomón presenta este poder y amor a través de la relación de un padre con su hijo. Él nos habla del poder de la disciplina, veamos lo que dice.

“Disciplinar a un niño produce sabiduría, pero un hijo sin disciplina avergüenza a su madre.”– Proverbios 29:15 NTV

“Disciplina a tus hijos, y te darán tranquilidad de espíritu y alegrarán tu corazón.”– Proverbios 29:17 NTV

Pablo nos dice en Hebreos 12:11 que la disciplina al principio causa tristeza pero que después da fruto para los que la padecen, y Salomón en los versículos citados anteriormente nos dice que también le causa alegría a los que la ejercen. Dios nos ha dado el poder para guiar a la gente hacia el bien, hacia Él. En nuestras manos está la oportunidad de cambiarle la vida a alguien. La oportunidad de enseñarle el amor de Cristo, lo que Él quiere hacer en nuestras vidas y Su propósito en nosotros. Tenemos el poder de reestablecer los valores del matrimonio y la familia; los valores de la lealtad e integridad; los principios de la santidad y la rectitud. Quizás no veamos los efectos de forma inmediata pero tenemos la promesa de que surtirán. No debemos cansarnos de hacer el bien.

“Quien se niega tercamente a aceptar la crítica será destruido de repente sin poder recuperarse.”– Proverbios 29:1 NTV

Ahora deseo pararme del otro lado, del lado del que recibe la disciplina. Dios al que ama va a disciplinar, va a doler y a causar tristeza. Lo digo por experiencia, en el momento no vas a entender pero va a llegar un día en el que vas a ver como avanzaste en la vida y como lograste tener gracia en los ojos de los demás, ahí te vas a dar cuenta que estas cosechando los frutos de la disciplina. Entenderás que el dolor enderezó tus pasos y te guio por caminos rectos. Pero si te rebelas e ignoras la corrección entonces el dolor te perseguirá y llegara el día en el que no vas a poder recuperarte de las heridas. Quizás no te sentís que tengas autoridad e influencia, y quizás sea cierto pero Dios te esta disciplinando y capacitando para poder otorgártelo. Algunos días tendrás poder y Dios quiere que estés listo para saber administrarlo con sabiduría.

“El pobre y el usurero se encuentran; Jehová alumbra los ojos de ambos.”– Proverbios 29.13 RVR1960

No conozco tu realidad ni la situación que estas atravesando, pero sí sé que Dios te ama y que quiere sanarte y darte una nueva vida para poder guiar a otros hacia Él. Salomón nos enseña que la vida está llena de decisiones, engaños y de consecuencias. Lo que hagamos determina nuestro destino y nuestras acciones son guiadas por Dios o por nuestros deseos. Dios desea que seamos sus influencers, sus pequeños Cristos y embajadores. Seamos conscientes del poder de nuestras acciones y de la responsabilidad que se nos ha encomendado. Nunca nos cansemos de hacer el bien.

Franco E. Morel

Franco E. Morel. 23 años. Estudiante de Abogacía y Escritor. Buenos Aires, Argentina.

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