Jóvenes de Avivamiento, día 30/31, por Hernán Radeff

Hoy nos toca leer Proverbios, capítulo 30. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+30&version=RVR1960

Humildad, Dependencia y Confianza

Agur, hijo de Jacké se encuentra hablándole a Itiel y a Ucal. Agur es alguien que sólo aparece en este capítulo. Una persona humilde, observadora e inquisitiva. Una persona que valora la vida. Un capítulo de buenas lecciones:

Humildad: En primer lugar, el autor de este capítulo está hablando acerca de sí mismo y dice: “Soy demasiado torpe para ser humano y me falta el sentido común. No he dominado la sabiduría humana, ni conozco al Santo”. (Proverbios 30:2-3 NTV)

Agur demuestra su incompetencia humana para entender las cosas de Dios, y nos da a entender que el hombre sin Dios no puede comprender jamás sus planes. La vida sin Dios no tiene ningún sentido. 

Este hombre entendió perfectamente el concepto de humildad sabiendo que la misma es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones. Tenemos que comprender como seres mortales que la humildad es el comienzo para entender y transitar nuevos caminos. Jesús nos deja un gran ejemplo y la Biblia dice que aunque era Dios no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse, sino que renunció a sus privilegios divinos adoptando la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Y cuando apareció en forma de hombre se humilló así mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales (Filipenses 2:6-8 Parafraseado)Después de esto Dios lo elevó en sus planes divinos al lugar de máximo honor para que en Su nombre se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.

Quiero hacerte una pregunta: ¿estás viviendo tu vida en humildad para la gloria de Dios? Jesús fue humilde y Dios en sus planes usó este acto de humildad para Su gloria. Nunca creas que graduarte en una carrera universitaria o terminar con un master de determinada reputación te convierte en alguien más importante, para Dios somos todos iguales y el comienzo para acercarte a Él y conocer sus planes comienza con la humildad. ¡Qué alegría sería que a partir de hoy Dios pueda complacerse de tener hijos humildes que estén dispuestos a humillarse en obediencia y desestimar la sabiduría humana, reconociendo a Dios por encima de todas las cosas!

Dependencia: En segundo lugar, otro aspecto importante de proverbios 30 es remarcar la dependencia de Dios y de su hijo Jesús. El autor dice: “¿Quién sino Dios sube a los cielos y desciende de ellos? ¿Quién retiene el viento en sus puños? ¿Quién envuelve los océanos en su manto? ¿Quién ha creado el mundo entero? ¿Cuál es su nombre? ¿Y el nombre de su hijo? ¡Dime, si los sabes!” (Proverbios 30:4 NTV)

Agur nos dice que para conocer las cosas de Dios, sería necesario subir al cielo y descender. También sostiene que un aspecto fundamental para conocer a Dios, es conocer su nombre. Por eso los que conocen el nombre de Dios, también son llamados “el pueblo de su nombre” (2 Crónicas 7:14, Hechos 15:14, Apocalipsis 22:4).

El Hijo fue el que reveló el nombre del Padre en toda su plenitud, porque el Hijo llevó el nombre del Padre y lo dio a conocer a todos los hijos de Dios (Juan 5:43, 17:26)

La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿estoy dependiendo de Dios? La crisis hoy golpea las puertas de nuestros hogares, las familias estamos sufriendo una de las peores crisis que nunca antes hemos pasado, la economía y la sociedad no tienen una respuesta clara a los cambios presentes y mucho menos futuros. Todos perdieron el control, un virus invisible, hoy nos muestra la fragilidad del ser humano y una vez más nos damos cuenta que no tenemos el control absoluto de nada, ni siquiera de nuestras propias vidas. Y la solución siempre la tiene Dios. Si tan sólo entendiésemos que nada somos y nada nos pertenece, la óptica nuestra cambiaría por completo, una vez más Su Palabra nos desafía: “Si permanecemos en la Palabra de Dios, entonces permaneceremos en el Hijo y en el Padre”. Permanecer es la clave, sea cual fuera el problema o crisis que tengamos que atravesar. Él prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo dándonos Su paz, compañía y Su amor cada día de nuestra vida.

Confianza: En tercer lugar el autor nos dice: Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera. Él es un escudo para todos los que buscan su protección. No agregues nada a sus palabras, o podría reprenderte y ponerte al descubierto como un mentiroso. (Proverbios 30:5-6 NTV)

Este sabio, además de reconocer su condición como ser humano y declarar a Dios como el único y verdadero creador del universo, quien retiene los vientos y océanos en su mano; ahora nos está diciendo que también es un escudo para los que buscan su protección.

Entendemos que el escudo es el armamento defensivo que se embraza y que se utiliza para protegerse de algún tipo de ataque. Hoy, absolutamente todos estamos siendo atacados por el enemigo con múltiples tentaciones que llaman nuestra atención y roban gran parte de nuestro tiempo. Este ataque no nos da tregua, la Biblia nos dice que estamos en guerra constante y hoy nuestra lucha es contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales (Efesios 6:12 NTV) y no tenemos otra opción que tomar su armadura y hacerle frente a esta guerra para salir en victoria.

Pienso: ¿cuántos ya han dejado de confiar en Dios y en su hijo Jesús? ¿Cuántos embrazan otros escudos a la hora del ataque del enemigo? ¿Cuántos ya se habrán olvidado que nuestra protección humana jamás podría combatir contra los ataques del enemigo? Satanás no descansa y viene por todo, está en vos y en mí aceptar este desafío de confiar esperando con seguridad y firmeza la protección divina. 

El autor de este proverbio continúa dando muchos consejos, pero… ¡¡qué gran desafío nos deja!! Ojalá sea hoy el día en el cual podamos poner en práctica la humildad, dependencia y confianza en ese Dios inmutable que nos amó y nos ama, nos cambió para siempre y pronto volverá por su iglesia.

Hernán Radeff

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Hernan Radeff, 32 años
Felizmente casado con Carla Cicarelli
Lanús, Buenos Aires, Argentina
Sirviendo a Dios en “Iglesia Caaguazú”

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