Jóvenes de Avivamiento, día 6/31, por Sinaí Torres Martín

Hoy nos toca leer Proverbios, capítulo 6. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+6&version=RVR1960

El libro de proverbios, como su nombre lo indica, está lleno de refranes y sabiduría para la vida y este capítulo 6 es prueba de ello. Salomón, autor del libro, quien fue el segundo hombre más rico según la estudios de ‘The Money Project’, con una entrada anual valorada hoy en día en U$S 40,000 millones, nos habla en los primeros versículos de dos peligros en el campo económico: el fiador imprudente y el hombre perezoso. Se habla de la fianza como trampa y por consiguiente, debemos evitarla. Pensar que hoy en día se nos hace difícil negarle un favor o ayuda a un amigo, pero Dios nos aconseja a través de este versículo a ser prudentes. Si ya es bastante peligroso quedar ligado por un amigo cuyas circunstancias y honradez conocemos bien, cuanto más hacer pacto con un extraño de quien no conocemos ni la honradez, ni las circunstancias, esto puede llevarte a una pérdida innecesaria de lo que has ganado. Esto no significa que no debamos de serlo de ningún modo, pues Pablo salió fiador por Onésimo (Filemón 1:19), sino que es de nuestra prudencia evitar las deudas en lo posible.

La segunda y no menos importante es la pereza, completamente contraria a la sabiduría. El autor nos da algunas características del perezoso y nos advierte de las consecuencias que llegan a su vida. Este mal es criticado y al hombre que lo practica se le describe como bandolero, preparado para hacer daño, ocioso de hechos, de mal hablar. Que crea perversidades, siendo la artimaña, el talento de los débiles y perezosos. Y como resultado vendrá sobre el la pobreza. De modo semejante y más triste es el joven perezoso en el servicio a Dios, quien no puede esperar otra cosa que la pereza espiritual. 

Como ejemplo de la diligencia nos señalan a la hormiga ¿quién no ha visto a una hormiga?, insecto capaz de desempeñar su oficio sin necesidad de supervisión, ni mandato. Ella toma iniciativa sin ser supervisada o dirigida. Guardando en el verano para tener sustento en el invierno. Con  una capacidad de hacer planes de largo alcance, de anticipar el futuro, de prepararse para los días difíciles. La hormiga nos da una buena enseñanza semejante a la de Jesús cuando dijo: «Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar». (Juan 9:4) y es muestra de prudencia estar prevenido en lo material. Por lo que de este animal tan pequeño y abundante en la naturaleza encontramos unas características dignas de imitar.

Consiguiente con esto vemos los pecados que Dios odia, si Él los odia, debemos odiarlos también nosotros:

En primer lugar: el orgullo o autosuficiencia, hallado en el fondo de todo pecado. Los ojos altivos se sobrevaloran así mismos y subvaloran a los demás.

Segundo de esto encontramos: la lengua mentirosa. No hay nada mas imprescindible para la relaciones como decir la verdad.

Las manos que derraman sangre inocente. En el mundo antiguo, estar bajo la mano de alguien significaba estar sometido a su voluntad. Así los que derraman sangre buscan tener poder sobre otros. 

El corazón que maquina pensamientos inocuos. Siendo este el lugar de donde surgen la voluntad, el conocimiento, los pensamientos más puros y hasta los más depravados. El corazón que esté guiado por deseos pecaminosos y que se deleite en esto, es rechazado por Dios.

Y con esto les hago un llamado a recordar lo citado en Proverbios 4:23: «sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón 💓 porque de él mana la vida». 

Quinto pecado: Los pies apresurados hacia el mal, que corren desesperadamente hacia lo inmundo, los cuales encuentras entre la inmoralidad y las ilegalidades, de no estar allí pierden la tranquilidad, son ¡ABOMINABLES! para Dios. 

El pecado número 6: El testigo falso o “que respira falsedad “. Es aquel que respira engaño, que mentir es algo tan común como respirar. Jesús enseña a sus discípulos sobre esto Mateo 5:37: «Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.»

Y el número 7 y súper importante: el hombre que fomenta la discordia. Dios nos hace un llamado a la unidad en múltiples ocasiones en la Biblia, y esta es una de ellas. 

Fijándome detalladamente en el orden de estas prácticas que Dios rechaza veo una complicidad y un orden lógico excepcional: 

El pecado entra por lo que vemos (los ojos), es expresado por la boca, llevado a cabo por las manos y pies, arraigado en el corazón, justificado y tapado por la mentira y causa finalmente división entre los hombres.

Sinaí Torres Martín

por Sinaí Torres Martín, nacida en La Habana Vieja, Cuba. En donde cursó sus estudios hasta graduarse de la High School y obtener una Carrera en la Facultad de Física de La Universidad de La Habana. Desde la niñez sus padres le enseñaron la palabra de Dios, inculcándole los principios y valores cristianos. Esto causó en ella gran interés por ayudar a la comunidad, especialmente a los niños y ancianos. Sacando así de sus ahorros para ayudar a los más necesitados. Con 18 ańos se mudó para los Estados Unidos, donde radica actualmente, y está cursando el Seminario Bíblico INSTE (INSTE GLOBAL) .La puedes encontrar en Instagram como 
https://www.instagram.com/sinai.t/

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