Levántate, toma tu lecho y anda, por Cristian Yavar

Bendiciones nuevamente a todos nuestros seguidores, lectores participantes y público en general, un abrazo de bienvenida nuevamente a este hermoso grupo llamado Mamás que Oran.

El dia dia de hoy quisiera referirme a ustedes con una reflexión, la cual, en honor a la verdad, hace bastante tiempo ya viene dando vueltas en mi cabeza, y quisiera aprovechar esta oportunidad de expresar una idea, que a mi parecer, refleja ampliamente los tiempos actuales, y de la cual el pueblo cristiano también es parte, junto con los gentiles, seculares, mundanos, incircuncisos, o bien como tu sea que te refieras a aquellos que aún no han tenido la bendición de conocer a nuestro Señor como su salvador personal, quizas alguno por ahi esta esperando que tu le hables no?!.

Como es de costumbre, acompañaremos esta reflexión con una porción de la palabra de Dios, esta vez la encontramos en el Libro de San Juan 5: 1-18.

El paralítico de Betesda

5  Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.

3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.

4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.

9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.

10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.

11 El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.

12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

13 Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.

14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.

16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.

17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.

18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

En contexto, este relato nos habla de un paralítico, enfermo ya desde hacía treinta y ocho años,  Al verlo Jesus la pregunta hecha fue…Quieres ser sano?, si nos detenemos un instante y analizamos la pregunta, podríamos decir que la respuesta es casi obvia no, por supuesto que ese hombre quería ser sano, entonces porque la pregunta. Si prestamos atención al relato también encontramos la respuesta que da el enfermo…no tengo quien me meta en el estanque!!!. mmmmmmm interesante.

Amigos todos, cuantos de nosotros no conocemos a alguien así, no me refiero a ser paralítico físicamente, pero paralítico en madurez, paralítico en su situación económica, paralítico en su felicidad, paralítico en sus relaciones interpersonales, en fin,en cualquier área de la vida que te puedas imaginar, quizás inclusive  alguno de nosotros es paralítico en algo, alguna situación o problema que ya lleva aaaaaaaaaaaños y no ha sido recuperada o sanada?

Acaso Dios no sabe que somos paralíticos en algo puntual, pero nosotros mismos impedimos nuestra sanidad, como? porque nos pasamos la vida esperando que alguien nos solucione problemita ese, porque siempre encontramos la excusa para seguir cojeando o rengueando, porque siempre estamos esperando que el “chapulín colorado” venga a ayudarnos, vivimos de la caridad de otros, de las migajas que caen de la mesa, nos acostumbramos a vivir de otros, de los beneficios del estado, de las regalías que da el gobierno, estamos cómodos en nuestra paraplejia, no tenemos trabajo, no porque no lo hay, sino quizás por temor de buscar y encontrar trabajo, lo cual lleva consigo el efecto colateral de soltar la teta que te amamanta, de cortar el cordón!; esto es sencillamente porque muchas personas tienen como estilo de vida el andar mendigando y causando pena al resto, y además culpando a los demás por su desgracia, usando como pretexto el no tener a nadie que los meta al agua, es enserio?. Arrastrate un poquito nada mas y metete solo y veras como sales caminando de esa paraplejia que te tiene postrado, y repito, no necesariamente estoy hablando del área física o sanidad del cuerpo, voy mucho más allá, estoy hablando de incapacidad auto impuesta por muchos, Dios sabe que quieres ser sano, pero por favor no busques más excusas, 

Es el colmo que gente completamente sana vivan a expensas de otros durante toda su vida como si fueran unos parásitos, paralíticos. 

Me despido con esto…… . Levántate, toma tu lecho y anda. 

Pídele a Dios que de la estrategia, pero has algo, no busquemos más excusas, no busquemos más culpables por nuestra incapacidad, no le echemos toda la culpa al bicho raro ese del COVID, lo entiendo, muchas cosas han cambiado desde que apareció el virus este, pero acaso esa es tu justificación para seguir ahí mirando como otros son sanos y tú esperando que alguien sienta compasión de ti para darte una ayudita y meterte al agua.

Mira que ya has sido sanado, no peques mas…… Basta ya de autocomisericencia (uf, no sé si me cuesta más escribirlo o pronunciarlo).

Si tenemos la oportunidad más adelante podríamos plantear si la autocompasión es pecado o no. Según yo, sí lo es. ¡Somos hijos del rey! no de un triste y amargado padre.

Hermanos,  

Nuestro Padre hasta ahora trabaja, ¿qué esperamos nosotros para hacer lo mismo?.

Que Dios los bendiga y de la provisión en abundancia, para nosotros ser testimonios vivientes de la gloria y grandeza de nuestro Señor Jesuscristo. Amen. 

Por Cristian Yavar

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1 respuesta a Levántate, toma tu lecho y anda, por Cristian Yavar

  1. Maria Gpe dijo:

    Muy claro Gracias

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