Mas que vencedores, por Marcos Padula

¡Muy queridos, estén recibiendo las más ricas bendiciones del Altísimo! Llenando de su gracia cada área de sus vidas.

Bajo este extraordinario versículo de Romanos 8:37, el cual nos es la consigna para estos días, recordé llevado por el Espíritu del Señor, esta espeluznante historia que nos redacta 1 Samuel 5, llena de matices y aplicaciones para nuestras vidas.

Los enemigos lograron arrebatar el arca de Dios, ese peculiar mueble que representaba la presencia permanente de Dios en medio de su pueblo. la tapa conocida como propiciatorio, hablando de esa mediación intercesora de aquel salvador que seria enviado desde el cielo. la vara reverdecida que nos recuerda permanentemente que para Dios no hay imposibles y que hay un milagro de El, para nuestras vidas. Las tablas de la ley, el consejo de Dios para que seamos diferentes en medio de una sociedad que se cuestiona así misma sus propios valores. El maná representa la promesa de provisión constante, de aquel que nos ama con amor eterno.

Hay momentos en la vida, quizás vivencias que nos llevan a sentir que aquello que el arca simbolizaba se desvaneció para nosotros, no lo vemos, aun no lo palpamos en nuestro interior y nos vemos inmersos en una realidad que no entendemos y mucho menos aceptamos.

Así como ayer el arca fue real, hoy lo que ella represento sigue vigente para los hijos de Dios.

 “No temas ni desmalles, como estuve con Moisés estaré con vos”. Josué 1.

Vení y miremos lo que sucedió dentro del templo de Dagón. Ese día junto a su imagen colocaron el arca de Dios. Por la mañana Dagón yacía en el piso, los sacerdotes lo levantaron y a la mañana nuevamente Dagón en el piso, su cabeza y sus manos cortadas y puestas lejos.

Puede que en medio de tu lucha, vencías, el perdón parecía llegar, el cáncer parecía retroceder, la economía amanecía, el……se dibujaba como derrotado. Pero de repente, todo cambia, lo de ayer, se esfuma, hoy mi oponente regresa con mas fuerzas, con renovadas cuestiones, mi problema parece haber resucitado poderosamente.

No te asombres, Dagon estaba postrado y de repente volvió a ocupar su pedestal, pero Dios no permitió que el se saliera con la suya, lo derribo, le corto la cabeza y las manos.

Hermano en Cristo, tu Dagon será puesto en tierra, la victoria no le pertenece, no importa lo que aparente, lo que se dibuje frente a tus ojos. Dios esta en control, y aquel que es soberano absoluto del universo, promulgo su palabra frente a todo lo creado. Su edicto dice:

“Somos mas que vencedores en Cristo Jesús”. A SU NOMBRE GLORIA

Marcos Padula

por Marcos Padula

Munro, Buenos Aires, Argentina

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