«Me voy a extender», Extiende tu territorio, por Pr. Daniel Zangaro, MA

aleE invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: !!Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió. 1 Crónicas 4:10

Sabemos muy poco acerca de la vida de Jabes, digamos que este pasaje es la única mención que la Biblia hace sobre él. Sin embargo esto es más que suficiente para saber que este hombre hizo una simple oración y que Dios le concedió lo que pidió.

Jabes necesitaba extenderse, quería que su territorio fuese ensanchado y presentó de esta manera su necesidad ante Dios. ¿Cuál sería su situación en ese momento para hacer esta oración? ¿Se encontraría limitado o “apretado” en cuanto a su propio territorio? ¿Se encontraría Jabes en escasez económica por falta de tierras? ¿Sentiría que el enemigo lo tenía rodeado o que no lo dejaba crecer? Cualquiera haya sido la situación, lo cierto es que Jabes necesitaba o al menos anhelaba un territorio mas grande. Es importante destacar que en esa época, la abundancia y la riqueza iban de la mano con la posesión de grandes extensiones de tierra, las cuales, de ser trabajadas correctamente pudieran reportar cuantiosas ganancias a sus dueños.

Jabes hizo una oración tan breve como efectiva clamando a Dios por su necesidad. Por lo cual, sería interesante pensar que elementos de su oración pudiéramos aplicar en nuestras vidas, teniendo en cuenta que él tuvo tan buen resultado.

La oración de Jabes no solo se limita a pedir mas territorio o riqueza, sino que reconoce la importancia y necesidad de que la mano de Dios estuviera con él, respaldándolo, para lograr lo que solo y en sus propias fuerzas no podía. Jabes se declaró dependiente de Dios, se rindió ante El, esperó su ayuda y Dios respondió su oración.

Quizás haya personas que como Jabes, se sienten limitadas. Quieren crecer, pero hay algo que frena su expansión. Sienten que hay barreras que impiden alcanzar aquello que tanto soñaron y terminan pensando con resignación que aquellos anhelos son solo deseos imposibles de alcanzar.

Para llevar esto a la vida de todos los días quiero preguntarte: ¿Qué es lo que impide que extiendas tu territorio? Jabes anhelaba un territorio mas grande, ¿y tú que anhelas? ¿Cuál es el territorio que hoy quieres conquistar? ¿Cuáles son los enemigos que se levantan para que no puedas extenderte?

Es posible que los fracasos y las propias frustraciones te hayan llevado a renunciar a los territorios que tanto anhelabas conquistar, llevándote a ver la tierra prometida como un lugar inalcanzable habitado por gigantes. ¿Cuál es el territorio a conquistar? ¿Cuál es el nombre que esto tiene para tu vida? ¿Recuperar la salud, un trabajo, un familiar inconverso o quizás un hijo rebelde que se ha ido por malos caminos?

No importa lo difícil que parezca, ni tampoco los gigantes que en apariencia dominan ese territorio. Te animo a que en este momento, ores al Señor como lo hizo Jabes, una oración muy breve pero al mismo tiempo muy efectiva. Pídele a Dios que El extienda tu territorio y fundamentalmente que Su mano esté sobre ti para recibir su protección y respaldo. Pide además que el Señor te libre del mal para que no te dañe y puedas vencer cada gigante que se ha levantado en tu vida. El pasaje bíblico termina diciendo que Dios le otorgó lo que pidió. Por eso, levántate con fe para extenderte al nuevo territorio al que Dios te quiere llevar.

Pr. Daniel Zangaro, MA DZ

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mamas@cvclavoz.com

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