Estas esperando por algún acontecimiento importante en tu vida y sientes que no acaba de llegar? Te preguntas: Sera que todavía tengo esperanza? Sera que resultara? Esto me lleva a recordar el siguiente versículo:
Romanos 4:18 “Abraham creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: «ASI SERA TU DESCENDENCIA.»
La esperanza es un estado de ánimo que te lleva a creer que lo que pretendes o deseas es posible, sin embargo a veces no tenemos la paciencia ni la fe para creer que lo que esperas vendrá. Hay dos tipos de esperanza: la natural y la Espiritual. La esperanza natural es circunstancial y está basada en tus fuerzas en la expectativa humana, y la esperanza espiritual es aquella que está basada en la palabra que Dios ha dicho.
Abraham no tenía razones para creer que sería padre de multitudes porque su cuerpo era viejo y Sara era estéril, pero el prefirió creerle a Dios, es decir, su esperanza creció por la fuerza espiritual que provoco la palabra de Dios. El creyó en esperanza( espiritual) contra esperanza(natural).La clave no estuvo en saber si se podía o no, sino en declarar lo que Dios le había dicho y dejar que Dios lo hiciera. La confesión de la palabra define lo que creemos.
Muchas veces no vemos la solución a los problemas y cometemos el error de hablar palabras como: No puedo, no tengo, no veo la salida, creo que no se va a poder y no tomamos en cuenta que la palabra es una semilla que se siembra y se reproduce. Has oído decir: Lo que siembras recogerás? Esto no solo se refiere a nuestras actitudes, sino a toda palabra que sale de nuestra boca porque allí está el poder de la vida y de la muerte. Lo que destruye y limita el alcance de lo que esperamos, viene de tu boca y de tu corazón.
Proverbios 6:2”Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios”,
No mires las circunstancias, porque son temporales y están sujetas a cambios, mira la promesa de Dios, Él respalda su palabra. Abraham creyó y no dudo, estaba convencido que la promesa se haría una realidad. Hay que estar seguro de lo que creemos, confesarlo y actuar de acuerdo a lo que recibimos, la palabra tiene el poder de cambiar las cosas y son la llave para cambiar situaciones y transformar la mente. Cree igual que Abraham: «Esperanza contra esperanza»
Mil bendiciones!!!!!
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE ¡!!
gracias por esas palabras de fortaleza cada dia las necesitamos, y cada instante oramos por nuestros hijos y por los hijos de aquellos que no tienen el conocimiento de cuan poderoso es bendecirlos y cubrirlos en oracion.
Bendigo mis hijas y todos mis sobrinos .AMEN