“Entonces el SEÑOR hizo que cayera del cielo una lluvia de fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra. Así destruyó a esas ciudades y a todos sus habitantes, junto con toda la llanura y la vegetación del suelo. Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y se quedó convertida en estatua de sal” Génesis 19:24,25 y 26 (NVI)
Un relato muy conocido que muestra tanto hastío de Dios por la perversidad y maldad de estas ciudades y la misericordia hacia una familia, supuestamente no contaminada con esto.
Abraham intercede a favor de Sodoma (Génesis 18: 16 al 33) Dios destruye Sodoma y Gomorra (Gn 19) pero sus ángeles dan aviso a Lot y en su dudar, los sacan de la ciudad junto a su esposa e hijas. Le recalca el ángel: -“Escápate no mires hacia atrás, ni te detengas en ninguna parte del valle. Huye hacia las montañas, no sea que perezcas” Génesis 19: 17 (NVI)
Todos pensamos en la mujer de Lot, que miró atrás cuando había una advertencia tan específica de Dios y decimos -¿Cómo pudo hacerlo?
Pero vemos cuantas veces Dios habla, exhorta, tiene tanta misericordia y muchos miran atrás, quedando paralizados en el camino, con sus corazones y pensamientos atados al pasado, sin soltarlo aunque les provoque la muerte espiritual y muchas veces a raíz de ello, física.
La vida de la familia de Lot en ese lugar de aberración era cómoda, tenían sus beneficios; nadie los molestaba, pero no podemos vivir en un entorno tan inmundo sin contaminarnos.
La esposa de Lot, al mirar atrás, quizás añorando las riquezas que dejaba; muchos hoy mirando atrás, rumiando un pasado que no sirve para plantar bases sólidas en un presente con Cristo, vemos que sus hijas y su descendencia, pagaron consecuencias (Génesis 19: 30 al 38) por estar inmersas en una ciudad de pecado, donde sus padres no pudieron protegerlas.
Estamos en mundo de perversidad, solo Dios con su gracia y poder nos guarda de todo mal si nos ponemos bajo su cobertura y obediencia. Oramos, leemos y recibimos la Palabra, nos congregamos, para adorar al Señor, le servimos. ¡Así cuidamos nuestras familias!
¡No mires atrás, sigue adelante!
Todo lo pasado sea bueno, malo, regular, no te sirve para avanzar, te hace volver tus pensamientos a cosas que ya sucedieron, que pueden haberte afectado positiva o negativamente, pero te detienen en tu caminar, en nuevos desafíos y metas que el Señor pone en ti, estrategias para conquistar tu hogar, tu prosperidad, tus sueños.
“Olviden las cosas de antaño, ya no vivan en el pasado ¡Voy hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿No se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados” Isaías 43: 18 y 19 (NVI)
¡Toma y vive la Palabra DIOS TE BENDICE!
Judith Berlo
Una «Mama que Ora»
desde Argentina
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos,
SENTITE PARTE ¡!!
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