El temor es algo que nos paraliza, y no nos deja vivir una vida con la potencial que Dios quiera que la vivamos.
En este mundo encontramos muchas razones por la cual podemos sentir miedo. Esos sentimientos se van en aumento cuando escuchamos las noticias, leemos el diario y vemos todo lo que está pasando en los tiempos de ahora.
Pero cuando creemos en Dios, y tenemos una relación personal con El, no tenemos nada que temer porque Él es nuestra salvación y Él nos protege de todo mal
Dios mío,
tú eres mi luz y mi salvación;
¿de quién voy a tener miedo?
Tú eres quien protege mi vida;
¡nadie me infunde temor!
Salmo 27:1 (TLA)
Quizás en este momento te encuentras enfrentando una situación en que sientas miedo, en la cual sentís que ya no sabes que hacer, o que no vas a poder sobrepasar. ¡Pero Dios es el que pelea nuestras batallas! ¡Él es que nos da la victoria! Y cuando sabemos esto, y lo creemos con una fe irrompible no hay NADA de que temer.
Cuando mis malvados enemigos
me atacan y amenazan con destruirme,
son ellos los que tropiezan,
son ellos los que caen.
Me puede atacar un ejército,
pero yo no siento miedo;
me pueden hacer la guerra,
pero yo mantengo la calma. – Salmo 27:2-3 (TLA)
Cuando estés en un entorno en que los sentimientos de temor te agobian, tienes que buscar el rostro de Dios, y descansar bajos la sombra de sus alas.
Tienes de aferrarte a Dios, y alabarle y agradecerle todo el tiempo porque Él tiene control absoluto de todo. ¿Y si Él está con nosotros, quien contra nosotros?
Dios mío, sólo una cosa te pido,
sólo una cosa deseo: déjame vivir en tu templo
todos los días de mi vida, para contemplar tu hermosura
y buscarte en oración.
Cuando vengan tiempos difíciles, tú me darás protección:
me esconderás en tu templo, que es el lugar más seguro.
Tú me darás la victoria sobre mis enemigos;
yo, por mi parte, cantaré himnos en tu honor,
y ofreceré en tu templo sacrificios de gratitud. – Salmo 27:4-6 (TLA)
Las etapas más difíciles de nuestro caminar son los tiempos en que más hay que buscar de Dios. Hay que tener esa fe y esa confianza en El, que Él tiene tu vida en la palma de Su mano, y aun en esos momentos en la cual sientas que todo está en tu contra, Él está ahí contigo, y nunca te dejará.
No dejes que mis enemigos hagan conmigo lo que quieran.
Falsos testigos se levantan, me acusan y me amenazan.
¡Pero yo sé que viviré para disfrutar de tu bondad
junto con todo tu pueblo!
Por eso me armo de valor, y me digo a mí mismo:
«Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él!»
Salmo 27:12-14 (TLA)
Bendiciones
Gabriela Fajardo
Hija Que
Ora
N.S.W. Australia
Email: mamas@cvclavoz..com
Facebook: Mamas que Oran (Grupo)
Twitter: @MamasQueOran
“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE ¡!!
tremendas palabras…grande es la fidelidad de nuestro Señor!!!
Amen! Dios es Fiel, y El Siempre tiene lo mejor para sus hijos! Muchas Bendiciones