SALMO 15. Salmo Litúrgico escrito por David.
Jehová ¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? Salmo 15:1
Los adoradores preguntan al salmista: ¿Cuáles son las condiciones para entrar al templo? A lo cual el sacerdote responde con una serie de requisitos, cuyo cumplimiento garantiza la entrada al santuario.
“El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón” Salmo 15:2
Todo lo que este salmo nos habla se reduce a la búsqueda de la santidad, a madurar en la presencia de Dios, a limpiarnos cada día.
Estos versículos del 1 al 5, te confrontan con la persona que debes ser, amorosa, que siempre dice la verdad aunque se perjudique, no calumniadora, ni murmuradora, que busca el bien de su prójimo, que no hay ninguna maldad en su corazón, honra a los que aman a Dios y deshecha a los que el Señor reprueba.
Tiene un corazón íntegro en todas las áreas de la vida y lo más beneficioso traen bendición a los suyos.
Tu santidad, tu clamor por tu familia, tu intimidad con el Espíritu Santo, no quedarán sin recompensa. Porque Dios protege y escucha a los justos.
Por ahí piensas: “No tengo todos las condiciones para entrar en su presencia, me falta tanto…” Lo importante es que reconozcas, te pongas a cuentas con Dios, con su gracia y misericordia te perdonará, restaurará y la sangre preciosa de Jesucristo te limpiará de todo pecado. Así comenzarás a caminar como ÉL quiere y aprueba.
Tendrás luchas, aflicciones, pero tu santidad será la protección de tu vida, porque Dios ama y cuida a los íntegros de corazón, el enemigo huye ante los santos del Señor.
Los tuyos verán tu ejemplo de conducta y actitudes, que valen más que mil sermones.
¡Qué la santidad del Señor esté sobre ti, sobre tu hogar y sus bendiciones te alcancen!
Judith Berlo
Una»Mama que Ora»
Argentina
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