¡Seamos agradecidos, con todo el corazón!
Que valiosa actitud para la vida: ¡Ser agradecidos!
Primeramente y esencial: Con el SEÑOR reconocer su misericordia, poder, amor, provisión, su Presencia, sobre nosotros, trayendo a memoria tantos testimonios, para compartir con otros, donde su intervención divina ha cambiado el curso de las situaciones muy difíciles. Eso aumentará nuestra fe y la de muchos ¡Le damos toda la gloria a Dios!
Ser agradecidos de corazón, nos pone en una posición de humildad, admitiendo nuestra debilidad que nos lleva a depender absolutamente de Dios y sentir que ÉL está obrando, porque está por encima de cualquier aflicción, que estemos pasando, sosteniéndonos en todo tiempo.
“Dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” Efesios 5:20 (NVI)
Ser aún más agradecidos, cuando el Espíritu Santo nos corrige, aunque no nos guste y pasemos pruebas inesperadas, nos hace revisar nuestras motivaciones, conductas y actitudes; ¿Qué está pasando?, ¿Tendremos que pedir perdón o perdonar, restaurar lo que quizás hemos perdido o descuidado espiritualmente? Arreglar nuestro altar personal en su Presencia, siempre va a ser beneficioso.
Ser agradecidos cuando pasamos tribulaciones, sirviendo al SEÑOR con un corazón limpio y sano, sabiendo que todo tiene un propósito de gloria (El Maná escondido que describe Juan en Apocalipsis) que nos llevará a un nivel más alto, de amor y empatía con el prójimo, de comunión e intimidad con el Espíritu Santo, y nos entregará mayor visión, estrategias, discernimiento, dones, para la conquista de las personas para Cristo (Familias, mi país, las naciones).
“El que tiene oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré del maná escondido, y le daré también una piedrecita blanca en que está escrito un nombre nuevo que solo conoce el que lo recibe” Apocalipsis 2:17 (NVI)
La gratitud hace que broten alabanzas, de nuestros labios, que las emociones se aquieten, dando lugar al Espíritu Santo que trae paz y gozo, a pesar de las aflicciones porque sabemos que Dios está al control y aún puedes animar a otros con sabiduría, en cada situación que estén transitando, porque las palabras que salen de alguien agradecido a Dios reconfortan el alma y aumentan la fe.
“Anímense unos a otros con salmos, himnos, y canciones espirituales. Canten y alaben al SEÑOR con el corazón,” Efesios 5:19
Demás está decir que un corazón agradecido, hace que no seamos quejosos, ni murmuradores, ni criticones, sino todo lo contrario, nos hace ver las personas y situaciones con los ojos del SEÑOR, valorando su vidas, lo bueno que hacen y respetando su esfuerzo, trabajo, ministerio.
Agradecer, quizás a los nuestros es fácil, o no para algunos, es muy beneficioso intentarlo, cambia muchas veces situaciones tensas o indiferentes, y favorecen a la sana comunicación familiar, aportando un estímulo gratificante, que levanta la autoestima, de hijos y de cónyuges.
También tener agradecimiento para las personas, entidades o ministerios, que hacen tantas cosas favorables, desinteresadas, solo para bien de la gente, de las familias. ¡Si bien toda la gloria es para el SEÑOR, siempre! Es agradable reconocerlos y alentarlos.
Guardemos agradecimiento sincero en nuestro corazón, para impartir palabras edificantes, que serán siempre de bendición.
¡Dios llene tu corazón del Espíritu Santo y agradecimiento a Dios!
Por Judith Berlo, Una MAMA QUE ORA desde Argentina
Orientadora Familiar (ISCM)
Profeta y Predicadora del “Ministerio Apostólico Jesucristo es tu Esperanza”
