¡Sin Dolor…! , por Zulma Tigani

¡Sin Dolor…!

Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor.

E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”. 1 Crónicas 4: 9- 10

Esta es la historia de una mamá que tuvo a su niño y le puso por nombre Jabes

De acuerdo a la tradición hebrea los nombres impuestos a los hijos, a unos días de nacer, eran nombres proféticos, profetizaban el destino de su vida.

Jabes es un nombre hebreo y su traducción es: 
1-Dolor 
2-El que causara dolor

Su mamá le puso este nombre porque dice que “en dolor lo dio a luz”.

Tal vez no quería olvidarse cuanto sufrió y lo recordaba cada vez que nombraba a su hijo.

¿Cuál es el dolor que estamos manteniendo en el corazón?

¿Cuál es el hito, la marca, la señal que hicimos para recordarlo?

Tal vez recordar una ofensa, un desprecio, una palabra que nos hirió en lo más profundo del  corazón. El abandono, la violencia. 

Es hora de dejarlos ir, pedirle a Dios que sane esas heridas.

No podemos cambiar el pasado, pero hay algo que sí podemos hacer, cambiar nuestro futuro. Aún en medio de la pandemia o de cualquier dolor, hay esperanza.  

Cerremos esa etapa PERDONANDO

La falta de perdón no permite que avancemos.

“Dios tiene cosas nuevas para cada uno de nosotros y está esperando para dárnoslas”.

Pero no es bueno que las recibamos o las demos a luz  “EN DOLOR.”

Perdonemos y olvidemos.


En los versículos anteriores, a JABES no se le menciona. No se sabe quién es su padre ni quien es su madre, como a los otros en el mismo capítulo. 

Solo se sabe que su madre, una mujer anónima, le llamó Jabes que significa “dolor” por cuanto lo dio a luz en dolor. 

Ya JABES desde su nacimiento fue marcado por su nombre.

Esta era la carga más pesada de Jabes, pero él, no dejó que las circunstancias decidieran su vida y su porvenir. 

¿Cuántas veces dejamos que las circunstancias decidan por nosotras y nuestro futuro?

Jabes, determinó en su corazón cambiar su presente y mirar con FE lo que venía. 

Evidentemente era un hombre bondadoso, de oración, entonces tomó la resolución de hacer una de las oraciones más poderosas registradas alguna vez en La Biblia.

JABES invocó el nombre de Dios y se dirigió al Dios de Israel. Usó el nombre del Dios del Pacto.  

Así es que JABES tenía bien clara una cosa: el reconocía y declaraba ser HIJO DE DIOS.

A veces se nos olvida nuestro linaje y estamos como pedigüeños que no creen que les pertenezca nada.

Él ora al Dios que había pactado con su pueblo, al que había luchado con Jacob, y lo bendijo. 

Ese es el mismo Dios que escucha nuestras oraciones. 

Cuando oramos, ¿lo hacemos con esa Fe que tuvo Jabes?, recuerdas que Él es un Dios de pactos, ¿Acaso no hemos visto en el pasado su mano poderosa en nuestras vidas?

Su actitud fue de humildad, no le dijo a Dios como deseaba ser bendecido, dejó que lo haga como él quiera, él sabía que lo que Dios le diera sería lo mejor.

 ¿Cuántos de nosotros sabemos? 

que la bendición de Dios es la que enriquece y no añade tristeza con ella”

¿Le dijimos a Dios como queremos ser bendecidos…de qué forma y con qué? 

Esta fue la oración de Jabes.

 “¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio…,

Si me dieras bendición.  Se sabe que si la madre le nombró dolor, la misma madre lo maldijo al nacer. 

Jabes fue un hombre que no se conformó, un hombre que no fue incluido en el linaje anterior, un hombre que no se sabe qué le toca, por tanto no se sabe quién es su padre o su madre o su abuela, nada, simplemente aparece llamado DOLOR.

Y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe!…” 

OH qué grandes palabras ir de la mano de Dios, guiado y protegido, atado de su mano por la vida.

La frase la mano del Señor es usada en muchas ocasiones en el Antiguo Testamento, y con frecuencia en un sentido negativo – esto es, en el sentido de la mano de Dios estando contra alguien en juicio. 

Aquí Jabes oró para que la mano del Señor estuviera con él, a su favor.

Jabes le pidió que lo cuidara del mal y que no recibiera daño.

Dice la palabra… “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.” Isaías 54:2

No veremos otros resultados si seguimos obrando siempre de la misma manera, los resultados sólo cambiarán cuando cambiemos el método.

Rompamos las estructuras de nuestros pensamientos, avancemos a lo nuevo que viene.

Si damos pasos pequeños no necesitamos de Dios. 

En cambio si nos sumergimos en la corriente, en los ríos del Espíritu Santo, los cuales sobrepasan nuestra capacidad… entonces se realizará el milagro, lo sobrenatural.
Estamos en buenas manos – En las manos de Dios – 

Pero la oración de Jabes concluye en victoria:

“Y le otorgó Dios lo que pidió”.

JABES oró y oró BIEN y, Dios le respondió.

JABES es ejemplo de cómo hay que orar efectivamente, la prosperidad, el ensanchamiento no es malo, es un derecho real, es para nosotros sus hijos.

Es mi deseo que Dios nos dé la victoria en todo lo que le pidamos conforme a su voluntad.

Pero recordemos que sea Él quien decida, el Cómo, Donde, Cuando y de qué Manera, bendecirnos.

                                                                                      Zulma Tigani

Ministerio Internacional Mamás que Oran – www.mamasqueoran.com 

Coach Certificada, con especialización en Inteligencia Emocional y Desarrollo de las Competencias Emocionales. 

Egresada del Seminario Bíblico. 

Estudios Universitarios de Ceremonial y Protocolo. 

Autora de dos libros. “Soñar, esperar y ver” y “Matrimonio…de eso se trata”

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