“Usa tu honda”, por Zulma Tigani

“Usa tu honda”

“Jehová es mi pastor; nada me faltará en lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará”. Salmo 23 

¡Qué maravillosa e importante era la comunión que David tenía con Dios! ¡Que notable es como en sus salmos expresa la revelación que tenia de Dios y su poder! 

David sabía, como pastor, el amaba a sus ovejas y asimismo cuantas veces se había enfrentado a osos y leones enfrentando la muerte para salvarlas.

“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento”.

Dios se ocupa de preparar todo para que salgas victoriosa delante de tus angustiadores. 

 “Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”.

Esa comunión intima con Dios en el día y durante las noches hicieron que David conociera quien era Dios realmente.

Cuando David se enfrento a Goliat, lo hace desde esta revelación, el conocimiento de Dios. El sabe quién es su pastor, Dios lo ha defendido muchas veces,  nadie le hará daño, estará Dios con él,  su vara y su cayado le darán aliento. 

Esto lo animó y no solo enfrentó al gigante, sino que lo mató con su honda y una piedra.

 ¿Cuál es gigante que hoy se levantó en tu vida? 

Una pandemia, alguna desilusión, una mala situación económica, soledad, falta de trabajo, abandono, incomprensión… 

…¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? – 1 Samuel 17:26

David nunca dijo que era un gigante, ni siquiera lo vio de esa manera. David solo ve a un Filisteo Incircunciso, desafiando a SU Pastor, a su Dios. 

¿Qué “incircunciso” vino a provocarte?

David al ser circuncidado tenia pacto de Sangre con Dios, no así Goliat, por eso David no temía enfrentarlo.

 Estamos lavados y comprados por la Sangre de Jesucristo. 

La sangre del pacto, que  fue derramada por Jesús, por eso nadie puede quitarnos la victoria. Tenemos un pacto de sangre con El Dios Todopoderoso. 

Esa es nuestra honda, nuestra arma.  Apuntémosle a esos gigantes de malos pensamientos, angustia, depresión, incredulidad, duda, desesperanza, y lancémosle la piedra del conocimiento de quien es nuestro Dios, grande y poderoso en batalla. 

“…Ciertamente el bien y la misericordia te seguirán todos los días de tu vida…”

Para que nos sigan y nos alcancen el bien y la misericordia, todos los días de nuestra vida.

                                                                                      Zulma Tigani

www.mamasqueoran.com

Coach Certificada, con especialización en Inteligencia Emocional y Desarrollo de las Competencias Emocionales. 

Egresada del Seminario Bíblico. 

Estudios Universitarios de Ceremonial y Protocolo. 

Autora de dos libros. “Soñar, esperar y ver” y “Matrimonio…de eso se trata”

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