Estad quietas y conoced que YO SOY DIOS !!!

«Estad quietas y conoced que yo soy Dios».

Salmo 46:10

 

Hace un tiempo mi esposo y yo, nos fuimos a vivir a Chicago, Illinois, Dios nos envió allí.

Fue realmente una situación bien difícil.  Dejé en mi casa a mis dos hijos, solos, estudiaban y trabajaban, y a mi mamá (soy única hija y no tengo papá) que es anciana y vive sola en su departamento.

Sé muy bien lo que se siente al estar lejos de los seres queridos.

Durante ese tiempo, aprendí a confiar y a descansar en Dios, cómo nunca antes.

Esa es realmente la clave para poder pasar por las dificultades,  problemas,  apuros,  cargas y pruebas, pero con paz y en paz.  Las situaciones diarias nos causan tensión,  que es una presión que sentimos contra nosotras que nos tira en dos direcciones diferentes.  Luego está la angustia, que en cierta forma es lo mismo, sólo que cuando hablo de angustia,  hablo de que la tensión me llevó a un punto de verdadera ansiedad y desesperación dentro de mi alma, que hiere mis sentimientos. 

En ocasiones la tensión es tan fuerte que creemos no poder soportarla.  Pero, cuando aprendemos a descansar en Dios, empezamos a experimentar la diferencia.  No significa esto que lo vamos a  pasar  bien desde el principio, pero al entender la forma en que Dios quiere que vivamos, no importará cuán pesada sea la carga ni importará a lo que se asemeje la tensión, nuestro Dios Todopoderoso nos hará salir triunfantes, victoriosas, tranquilas, en paz, y caminando en medio de las dificultades, sin que éstas se transformen, sino que por el contrario,  se convertirán en una paz increíble, en una tranquilidad interna, que ni usted misma podrá entender ni explicar.  Lo único que necesitamos saber es que Dios ha prometido ser nuestro refugio.
«Estad quietas y conoced que yo soy Dios» es reconocer que Dios no sólo es tu Salvador sino  tu Amo y Señor.  Es conocer  y entender que Dios tiene atributos más allá de su Misericordia como su Omnipotencia, su Omnisciencia, su Omnipresencia.  Conocer a Dios es sentir que Él es nuestro amoroso Padre Celestial,  que nos ve como a  sus hijas y que tiene planes que quiere cumplir en nosotras.  Es entender que  tomó una resolución de darnos lo mejor en todas los momentos de nuestra vida.  Es saber que Él puede transformar el dolor y el sufrimiento en  algo bueno. 

Hagamos como el águila en las alturas cuando deja de batir sus alas afanosamente y solamente las extiende quietamente y se deja llevar.

 

Por Zulma Tigani

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.