Después que los Apóstoles fueron bautizados con fuego y Espíritu Santo Los milagros que sucedían tenían en asombro y maravillados a todos , por lo cual, cada vez, la Iglesia crecía más. Un ejemplo para ilustrar lo dicho fue la sanidad del cojo, al que diariamente lo llevaban a la puerta del templo La Hermosa para pedir limosna(Hechos 3:1-10 ).La declaración de Pedro bajo el impulso del Espíritu Santo y en forma de mandato cuando este le pide una limosna:” No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” , pone su fe en acción, toma al hombre por la mano derecha y lo levanta. Al instante, los pies y los tobillos del hombre recibieron fortaleza, y el hombre salto, se puso en pie y camino. Esto trajo como consecuencia que todos corrieran desde todos los patios del templo y se aglomeraran para ver al cojo, a Pedro y a Juan. Este es el tiempo que aprovecha Pedro para dar testimonio de las grandezas de Jesús, no solo como el gran sanador, sino como el creador, el Dios de nuestros padres: Abraham, Isaac y Jacob, quien ha glorificado a su hijo Jesús, quien resucito de los muertos y por la fe en su nombre dio completa sanidad al cojo, y que hoy te la puede dar a ti también.
Filipenses 2:10 “ para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”
Efesios: 5:20 “dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”
Juan:” 14:13-14” Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”
Jesús estaba sanando a través de sus discípulos. La sanidad de parte de Jesús aparece al haber fe en El y en lo que es El.
Colosenses 14:13 “ Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”.
Era evidente que el nombre de Jesús, era usado para sanar, para hacer milagros y prodigios. Pedro exhortaba a todos al arrepentimiento, al cambio de pensamiento y de actitudes con respecto a Jesús, para que se convirtieran, se volvieran a Dios y sus pecados les fuesen perdonados y vendría sobre ellos tiempos de refrigerio. Son muchos los que ponen su energía en advertencias sobre los tiempos que se avecinan, pero en medio de tiempos peligrosos, los tiempos de bendición, de milagros y avivamiento no han pasado, aun podemos poner nuestros ojos en el Señor y recibir del derramamiento poderoso del Espíritu Santo para que nuestras vidas sean fortalecidas en todo.
Salmos 103: 1 “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre”
Mil bendiciones!!!!! Silvia L. Sanchez
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