«La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros» – (2 Corintios 13:14)
«El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de reprensiones» – (Proverbios 13:1)
El se llama Zaqueo, es mi perro, blanquito como la nieve, muy simpático y la primer frase que dicen todos cuando lo ven es: «aaahhh que lindo» y automáticamente quieren tenerlo a upa y jugar con él.
Pero no todo es color de rosa en su vida, a veces tiene dolor de panza y en esos momentos se aparta de la gente para hacer su «suciedad» y cuando vuelve ocurre que el pelo blanco ya no es blanco, ahora está manchado y la cuestión es que sino se deja limpiar su mugre, automáticamente ya nadie quiere estar cerca de él porque ahora está sucio y nadie quiere tenerlo cerca.
Esto me hizo reflexionar en 2 cosas que vi en la vida cristiana, de esas que se deben modificar para nuestro provecho y el de los demás:
1- Note que en ocasiones los hermanos de la iglesia son geniales para estar con nosotros, divertirnos, compañeros para orar y buscar a Dios…HASTA que comenten un pecado y entonces ya nadie quiere estar cerca de ellos. ¿Que nos pasó?, ¿Cuando fue que nos olvidamos de la misericordia y la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que viéndonos sucios, Él se entrego para limpiarnos y ayudarnos a salir adelante en vez de apartarnos de su vida?
2- También note que en ocasiones existen cristianos que cuando sus pastores le marcan su «suciedad», prefieren con palabras elocuentes o echando culpas no dejarse limpiar y seguir en su suciedad haciendo que la gente se aparte naturalmente de ellos porque nadie quiere estar con alguien que huele mal. ¿Cuando llegamos a ser tan soberbios delante de Dios como para no aceptar corrección y así desestimar la tarea de limpieza que el Espíritu Santo hace en nosotros cuando encuentra un corazón humilde?
Es tiempo de amar a nuestro hermano, no apañar el pecado pero tampoco condenarlo por equivocarse sino tenderle la mano y la oración.
Es tiempo de humildad de corazón y no de soberbia si deseamos ver la gloria de Dios en nuestras vidas, familias y ministerios.
Christian, un Hijo que Ora
desde Bs As Argentina
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