Cuando sientes que te encuentras al borde del abismo y nada funciona en el trabajo, el hogar, en la iglesia, con tu hijos, y tu mundo interior está vuelto añicos, es tiempo de evaluar cómo anda tu vida. Sólo cuando haces un alto en el camino para revisar en qué estas fallando, puedes hacer un auto examen que—si eres honesto–, se constituye en la antesala de emprender el cambio y el crecimiento personal y espiritual.
A las puertas de la tierra prometida, Moisés confrontó a los israelitas con unas palabras que cobran particular vigencia entre quienes enfrentan crisis: «Cuando te hayan ocurrido estas cosas, las bendiciones y las maldiciones que te he mandado, meditarás acerca de ellas en las naciones adonde el SEÑOR tu Dios te habrá desterrado. Si entonces quisieras volverte al SEÑOR tu Dios, tu y tus hijos comenzarán de todo corazón a obedecer los mandamientos que te he mandado en este día…» (Deuteronomio 30:1, 2, Nueva Biblia al Día).
Los momentos difíciles tienen un lado positivo: permiten que nos confrontemos y tomemos decisiones que llevan a la transformación con la ayuda de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Zulma Tigani
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí”
1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE ¡!!