«Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá». Sal. 101:6.
En este salmo el rey David menciona dos características que él deseaba ver en las personas que le sirven, fidelidad y perfección (rectitud, santidad, justicia)
Usa la palabra Andar que significa moverse, dar un paso después de otro, es avanzar.
El crecimiento en Cristo, lleva tiempo.
El Espíritu Santo necesita un segundo para entrar en tu corazón y reconciliarte con el Padre, pero, necesita una vida para enseñarte a andar en sus caminos.
Al comienzo, como un niño que comienza a caminar te caes, tropiezas, resbalas. Con el tiempo y con los dolores, aprendes a ser más diligente y prudente.
No te olvides nunca que caer no hace a nadie un derrotado, o fracasado. Pero
permanecer caído, sí.
Se paciente, al comienzo puede darte la impresión de que no estás avanzando, o que nunca lo conseguirás. Es eses el momento justo, en el que debes aferrarte a su Palabra, tomarte de su Mano y creer que Dios nunca te dejará ni te abandonará.
“…sus ojos buscarán a los fieles de la tierra”, ¿Quiénes son? Todos los que reconociendo su fragilidad, lo buscan para recibir de él fuerzas para obtener una vida de victoria.
Querida mamá, tu vida tiene que ser una eterna relación con Jesús y el Espíritu Santo.
Mientras realizas tus tareas, comprando, vendiendo, cocinando, lavando, criando a tus hijos, trabajando fuera de tu casa o estudiando, no pierdas esa comunión. Toma la mano poderosa del Jesús, porque él quiere ayudarte y bendecirte a ti y a toda tu generación.
Dios te colme de sus favores.
«Una Mama que Ora»
Argentina
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE ¡!!