Era un día normal. Estaba en el trabajo, cuando de repente se escuchaban varias sirenas, y todos en el piso empezaron hablar de lo que pasaba. Como yo estaba hablando en el teléfono con un cliente no me había enterado, de que, a menos de un kilómetro, había un hombre que había tomado a varias personas como rehenes en un café. Era la primera vez que me sentí insegura y con mucho miedo en mi país. Lo único que quería hacer era llegar a casa, pero por precauciones no nos permitían. Cuando al fin nos dejaron ir empecé a correr por los 15 pisos de escaleras (no nos dejaron usar el ascensor) y por las calles hasta encontrar un taxi para que me llevara a mi casa. Los que conocen la cuidad de Sídney sabe que siempre está llena de gente. Pero en este día nadie estaba por las calles. Parecía una cuidad abandonada.
Nos encontramos en un mundo en la cual hay mucha inseguridad en nuestros barrios, ciudades y países. Cuando hablo con vecinos, seres queridos y amistades se escucha aún más el miedo que ellos sienten al hacer sus cosas diarias, como, por ejemplo, caminar por la calle, o hacer un mandado.
‘Dios protege nuestra ciudad;
por él vivimos confiados
Algunos reyes se unieron
para atacar la ciudad,
pero cuando la vieron
ya no supieron qué hacer;
se asustaron por completo
y se echaron a correr.
Tú los llenaste de miedo.
Como heridos de muerte,
se retorcían de dolor.
Tú los llenaste de miedo,
parecían marineros
en violenta tempestad’. – Salmos 48:3-7 (TLA)
Desde ese día mi oración diaria es ‘Dios protege nuestra ciudad.’ Creo firmemente que cuando oramos, Dios escucha y obra. Tenemos que orar por nuestra ciudad, nuestro barrio, nuestro país y declarar que son de Dios.
Eso ya lo sabíamos;
en la ciudad de nuestro Dios
lo hemos confirmado:
el Dios del universo,
hará que esta ciudad
permanezca para siempre. – Salmos 48:8 (TLA)
Creo firmemente que cuando hacemos esto veremos cambios, y sobre todo Dios glorificado.
Tu fama llega
hasta el fin del mundo;
por todas partes
se habla bien de ti.
¡Tú gobiernas con justicia! – Salmos 48:10 (TLA)
Bendiciones
Gabriela Fajardo
Hija Que
Ora
N.S.W. Australia
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Twitter: @MamasQueOran
“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE !!
Hermoso sálmo srta .le saludo desde Venezuela hace dias surri con mi hijo Cristiano un atraco ahora sentimos mucho miedo andar en las calle..estamos confiando q Dios nos cuida..sigo orando por la ciudad q los q se han descartado se vuelvan al Señor..un abrazo grande
Amada Lorena, estaré orando en acuerdo contigo por Venezuela, y creo firmemente que nuestro Dios todopoderoso obrará. Muchas bendiciones y un abrazo grande