Lo importante de esta Semana Santa no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra. La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios. Meditemos y seamos agradecidos por su sacrificio. Que este agradecimiento no sea solo una emoción de una semana sino que vivamos el resto del año agradecidos
Zulma Tigani
Una «Mama que Ora»
desde Buenos Aires Argentina