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Palabra profética del Señor para las Mamás que Oran: 21 días para tu victoria – Día 2

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Palabra profética del Señor para las Mamás que Oran: 21 días para tu victoria – Día 2

El Señor me ha venido mostrando un plan de ataque y defensa durante estos 21 días que espero sean de bendición para vos también y podamos recibir las bendiciones y respuestas a nuestras oraciones como lo hizo el profeta Daniel.

En el capítulo 10 del libro de Daniel leíamos ayer lo siguiente (v.11-13): «Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.»

Hay una frase que el Espíritu Santo trae a mi mente una y otra vez: «Y a causa de tus palabras yo he venido». Me conmueve saber que mis palabras son importantes para Dios. Son tan importantes que el mismo Dios todopoderoso, con lo ocupado que debe estar, con todos sus planes gloriosos, hace un STOP en su agenda para escucharme a mí.

Querida Mamá que Oras, no estas sola, al día de hoy somos casi 40,000 mamás orando en mas de 100 países a favor de nuestros hijos y nuestras generaciones y el mismo Dios, nuestro Padre Celestial, hace un STOP en su agenda para escucharme a mí y escucharte a vos.

Tus palabras son MUY IMPORTANTES para Dios. No se a vos, pero a mi me encanta cuando mi hija Vicky viene a contarme sus cosas, podemos pasarnos horas hablando y hablando y yo no me canso, todo me parece importante porque para ella es importante. Yo disfruto conversar con mi hija y pienso que al Señor le debe pasar lo mismo. Hoy quiero invitarte a que renueves tu tiempo de charla con Dios, tu tiempo de oración para hablar y para escuchar lo que el Padre Celestial quiere decirte. Separa un tiempo y un lugar. Dedica un tiempo y habla y escucha, pero habla y escucha. Tomate el tiempo y déjate sorprender por el mismo Espíritu Santo en este día.

Cuando meditaba en el los versículos del capítulo 10 que te mencionaba, el Señor trajo a mi mente el capítulo 9 de Daniel y la oración de Daniel por su pueblo. Hoy quiero que la hagamos muy personal, y como Mamás que Oran la hagamos en primera persona, que nos pongamos en los zapatos del profeta Daniel y clamemos por nuestras vidas, nuestros hijos y nuestras familias.

Me acompañas? Voy a copiar debajo la oración que hizo el profeta. Léela tranquila y ora para que el Espíritu Santo te muestre cómo tienes que orar por vos y por tu familia, de qué necesitas arrepentirte y sobre qué tienes que pedir perdón e incluso a quien tienes que perdonar. El profeta Daniel fue reconocido en su época como un hombre de Dios, pero el mismo se identifica con su pueblo, así como nosotras con nuestras familias, y clama: «Hemos pecado, hemos hecho impíamente».

La confesión es como que se ha ido perdiendo, pero es parte esencial de nuestro caminar con Cristo. Te invito a que leas esta oración del profeta Daniel y puedas identificar las frases, expresiones que Dios quiere mostrarte para que el arrepentimiento sea genuino y la respuesta de Dios llegue a nuestras vidas.

Oración de Daniel por su pueblo

9 En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos,

2 en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años.

3 Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

4 Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;

5 hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.

6 No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

7 Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti.

8 Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos.

9 De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado,

10 y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.

11 Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.

12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén.

13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad.

14 Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz.

15 Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente.

16 Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.

17 Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor.

18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.

19 Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.»

Hoy como Mamás que Oran, nos unimos con el profeta Daniel y le pedimos a nuestro Padre Celestial: «Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu sierva, y sus ruegos». Presenta tu oración delante del Señor y ya sabes la respuesta que leímos en el capítulo 10: Dios oye nuestra oración y nos responde !!!!

Ora – Clama – Llama – Busca – Abre porque Dios nos oye y nos va a responder.

Dios sigue sentado en su Trono y la oración tiene poder !!!!

Vamos que con Dios todo es posible. Lo crees? Porque para el que cree, TODO ES POSIBLE !!!

por Pastora Lic. Alejandra Zangaro
www.mamasqueoran.com
mamas@cvclavoz.com
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