Es Pascua, y la alegría debe desbordarse en nuestro interior, gozar de la alegría de la salvación. Cristo, desde la muerte le ha dado fin a esta, implantando la Vida, para que todos vivamos
En efecto, por mucho que no veamos más allá de nuestras circunstancias, nuestra fe nos asegura que todo acaba bien. Dios nos asegura que nuestras lágrimas de tristeza se transformarán un día en alegría, y que la aparente ausencia de Jesús, se vuelve ineludiblemente en presencia divina redentora y sanadora.
Dios nunca nos deja de la mano, e incluso detrás de lo dicho por Cristo en la cruz «Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?» se oculta una oración de angustia, pero confiada, en que Dios escucha nuestras plegarias, aunque sean desesperadas.
Nuestra historia es Historia de salvación y todo está destinado (si nosotros nos dejamos conducir) a unirnos a la victoria de Cristo glorioso triunfador sobre el mal y la muerte.
Nuestra vida se parece a ese final apretado de un intenso partido de fútbol. Parece que vamos perdiendo, que nuestra fatiga, cansancio y sudor han sido en balde, pero no es así. El gol en el último minuto -que Cristo marca por nosotros- nos da la victoria por la que tanto hemos luchado.
Levantemos el trofeo de la resurrección que da sentido a tanto esfuerzo.
Gracias Jesus, por la victoria!
Zulma Tigani
Una «Mamá que Ora» desde Argentina
Email: mamas@cvclavoz.com
Facebook: Mamas que Oran (Grupo)
Twitter: @MamasQueOran
“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos,
SENTITE PARTE ¡!!