En este capítulo 15 de los Hechos, vemos como tradiciones del tiempo de Moisés sobre la circuncisión, tan arraigadas en el pueblo judío, que aunque creyentes en Jesús, presionaban para que los gentiles se circunciden.
Generando así discusiones, controversias con Pablo y Bernabé, lo que obliga a que apóstoles y ancianos se pongan de acuerdo en una asamblea e informen a las iglesias, por medio de cartas enviadas por hombres de buen testimonio como Pablo, Bernabé, Silas y Judas, que la circuncisión no era necesaria.
Uno de los presentes era Pedro que manifiesta: “¡No puede ser! Más bien, como ellos creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús”. Hechos 15:11(NVI)
Jacobo también dice: “Por lo tanto yo considero que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios. Más bien debemos escribirles que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la inmoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados y de la sangre” Hechos 15: 19 y 20 (NVI)
Vemos este tema aún vigente, el de trabar, desanimar a los nuevos creyentes con doctrinas de hombre, legalismos y cargas impuestas que nada tienen que ver con el amor, la gracia de Dios y la verdadera santidad, y que solo forman una apariencia.
Por eso con la ayuda del Espíritu Santo tenemos que escudriñar, analizar la Biblia, poner por obra su Palabra, para que nadie nos engañe o ponga situaciones en nuestras vidas y estructuras que lleven a la culpa y alejamiento de Dios por no saber la Verdad.
“A menos que ustedes se circunciden, conforme a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos.” Hechos 15: 1b (NVI)
¡Jesucristo rompió con todas las estructuras, legalismos, nos dio su gracia, su salvación y sus promesas para que por fe en ÉL, alcancemos la victoria!
Dice la Palabra que al recibir esa carta “Los creyentes la leyeron y se alegraron por su mensaje alentador” Hechos 15:31(NVI)
No te confundas, que nadie te haga pensar que alguna doctrina legalista te lleva a la salvación o a la santidad, solo su gracia nos trae perdón, restauración, vida eterna. Podemos disfrutar cada bendición que Dios nos da, ser agradecidos y esperar en ÉL, el cumplimiento de todo lo que nos ha hablado para nosotros y nuestras familias.
Judith Berlo, Una «Mamá que Ora» desde Argentina
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos,
SENTITE PARTE ¡!!
