El Señor le había asegurado a Pablo su llegada a Roma y la vida de todos los que viajaban con él en el barco, pero no le había dicho cómo. Dios tiene sus métodos y aunque parezcan irrazonables, va a cumplir Su promesa, pero es necesario que tu creas y te mantengas con fe, porque no hay otra manera de vivir. Luego del naufragio, todos llegaron con bien a la Isla de Malta, donde fueron bien recibidos. Allí pasaron tres meses y Pablo llego a ser visto allí como un Dios motivado a las sanaciones que sucedían cuando imponía las manos sobre los enfermos y Dios los sanaba. Se había ganado el aprecio de toda la comunidad, así que cuando embarcaron de nuevo camino a Italia, iban con sobreabundancia de alimentos y hasta con dinero, por las colaboraciones recibidas de los maltenses, para ayudarles con las necesidades propias del viaje. La nave se detuvo en Siracusa tres días y luego pararon en Puteoli donde Pablo se encontró con cristianos conocidos que le rogaron quedarse 7 días. Para esto esto no hubo oposición porque Pablo, también había ganado confianza y favor del centurión que lo cuidaba. Desde aquí partieron por tierra hasta Roma y antes de llegar a Roma, varias delegaciones de creyentes romanos le salieron al encuentro para acompañarlo. Qué gran sorpresa estaba recibiendo, algo inesperado que le daba aliento para continuar y lo hacía pensar en un gran ministerio en Roma, tal como él lo había deseado.
Romanos 1:10-11: «Rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros. Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados».
Finalmente llegan a Roma y el centurión entrega los presos y a Pablo al perfecto militar. Es posible que Festo en la carta que envió al Emperador haya recomendado un buen trato para Pablo porque a Pablo se le permitió vivir aparte, en una casa alquilada, con un soldado custodiándole, donde recibía a todos los que a él venían, les predicaba el Reino de Dios y les enseñaba acerca del Señor Jesucristo abiertamente y sin impedimento. Dos años permaneció predicando, lo que el consideró que fue una respuesta a su solicitud de oración enviada a algunas de las iglesias que había fundado.
Efesios 6:19: «Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”.
Colosenses 4:3: «Orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso”.
Sus deseos se estaban cumpliendo y la promesa del Señor también había llegado. Dios es fiel para cumplir lo prometido. La predicación del evangelio le daba poder a Pablo, el nunca se avergonzó de hacerlo y por eso el enemigo no pudo con Pablo porque nadie puede fluir en el poder de Dios con vergüenza.
Marcos 16:15-18: «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.
Al fin Pablo sale de prisión. Algunos creen que Pablo fue liberado después de dos años cuando fue llamado a la presencia del Emperador, porque los judíos no habían enviado acusaciones y otros consideraron que el caso fue disuelto por falta de acusaciones.
Mil bendiciones!!!!!
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
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