El libro de los Hechos presenta por tercera vez la narración de la conversión, la misión y los hechos sucedidos a Pablo, por los cuales se encontraba preso. Ahora estaba ante el Rey Agripa y Festo, el procurador, solo por la curiosidad del Rey, porque ya Pablo había apelado al Cesar, por lo cual, esto no era un juicio ordinario, lo que aprovecho Pablo para predicar el evangelio.
Pablo predicó con gran poder y todo su mensaje estuvo fundamentado en las escrituras. Dió testimonio de Cristo, de sus experiencias y de lo que Moisés había dicho que sucedería.
Isaías 55:10-11: «Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Pero cuando Pablo predicó la resurrección de Cristo Festo dijo:
Hechos 26:24-29: «Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!».
Después de esto, el Rey Agripa se levantó e indicó que la audiencia había terminado y comentó con Festo: Este hombre pudo haber sido absuelto si no hubiese apelado al Cesar. Esta actitud la podríamos llamar: Un rechazo abierto al Evangelio.
El evangelio es poder de Dios, y nadie debe avergonzarse de el. Quizás ellos tenían un espíritu de vergüenza, lo que significaba que estaban más en cuenta de su nombre, de su posición y no de lo que Dios les estaba enseñando e impartiendo. Pero Pablo sabía que el trabajo de evangelizar nunca es en vano porque todos los gentiles que estaban presente se dieron cuenta que el Cristo a quien Pablo predicaba, ofrecía grandes bendiciones para ellos.
1 Corintio15:14: «Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan”.
Mil bendiciones!!!!!
Silvia L. Sanchez
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
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