HECHOS XXVIII – Su bendición está contigo – por Lucy Daluz – Desde Sydney- Australia

MQO Hechos 28

Pablo en la isla de Malta

28  Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta.

Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.

Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.

Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.

Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.

Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; más habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.

En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días.

Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.

Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados;

10 los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias. Hechos 28 (RVR1960)

Estamos terminando el estudio del libro de hechos y ello ha representado para mí un poderoso desafío, escribir  sobre lo que considero Dios puso en mi corazón. A través de estas enseñanzas, claramente podemos ver la poderosa  manifestación del Espíritu Santo, en cada suceso de esos tiempos, a través de la vida de los primeros cristianos.

El apóstol Pablo me impacta sobre manera, y lo que más destaco de su persona, es su tenacidad y perseverancia en la misión que le fue encomendada. Él pudo dar un paso atrás, más de una vez, después de tantas vicisitudes, pero él fue obediente al propósito de Dios. Nunca perdió la visión  y siguió avanzando creyendo en aquel que le infundía ánimo.

Terminamos el capítulo 27 de hechos con el naufragio de la nave, que lleva a Pablo como prisionero, para ser juzgado en Roma ante el Cesar y continuamos en este siguiente capítulo 28, con el arribo de los náufragos a la isla de Malta.

Ellos fueron recibidos por los nativos de esa isla de forma muy cordial, y estos estuvieron prestos en brindarles asistencia, encendieron fuego, para que se calentaran, y secaran sus ropas. Pablo como ejemplo siempre de amor sin egoísmo y de servicio a los demás, también tomo ramas secas…

Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.

En primera instancia los nativos creyeron, que esa víbora que lo había mordido era a causa de sus  malas acciones y como consecuencia  la justicia divina ejercía su poder, pero inmediatamente se dan cuenta que la víbora no le había causado ningún daño y ahí creyeron que Pablo era alguna clase de dios.

Dios protegió a su siervo de todo daño y sobre todas las cosas le dio prestigio entre los isleños, lo que comenzó allí continuo…En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días.

Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.

Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados

Pablo fue instrumento de gran bendición en  la isla y los que llegaron junto a él como náufragos, gozaron de los beneficios de estar con un hombre de Dios.

10 … nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias.

La providencia de Dios en diversas oportunidades, nos coloca en situaciones y entre personas que no conocemos, para manifestar su poder y cumplir sus propósitos a través de nuestras vidas.

Tomemos cada oportunidad como única para servir al Señor y hagámoslo con un corazón sumiso y agradecido.

HECHOS 28

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Lucy Daluz 

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1Sam 1:27.

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