La Paternidad de Dios: Nuestra naturaleza paternal, por Cristian Yavar

Bendiciones a todos, a nuestros lectores, seguidores y partícipes de este hermoso grupo llamado Mamás que Oran.

Siguiendo con la temática de este bendecido mes de Agosto “La paternidad de Dios”, quisiera referirme a todos ustedes con una reflexión tomada por supuesto de la palabra de Dios.

Al hablar o referirme a la naturaleza Paternal, no necesariamente estoy hablando de padres en su género masculino, quiero abarcar la paternidad como concepto y no como género, dicho en otras palabras nuestro instinto tanto de padre o de madre.  Es como un chip incluido en nuestro sistema operativo, ya venimos con ese instinto, algunos lo perfeccionamos con la experiencia, ejemplos vistos en otros, etc. De alguna manera u otra, en mayor o menor cantidad, si es que se puede cuantificar, todos tenemos desarrollado el instinto paternal, viene de fabrica. 

Es como que el mismo Dios, entre otras cosas nos dotó con este don, no lo pedimos, pero ahí está. Por supuesto que por ahí hay más que alguna excepción de la regla, pero ese no es el tema a tratar el día de hoy. 

Los invito a leer una porción de la palabra en la cual quiero fundamentar mi exposición.

Veamos Mateo 7:7-12.

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Yo creo, y estoy muy convencido que este pequeño fragmento de la palabra es muy claro en sí mismo, si bien es cierto la palabra de Dios es una palabra viva, la cual en ocasiones nos ayuda a aplicarla a distintas esferas de nuestra cotidianidad y necesitamos un regalo divino otorgado por el Espíritu Santo llamado “revelación” para una situación específica, en este caso la enseñanza está más clara que el agua, no se necesita una preparación o doctorado en teología para llegar a comprender estos breves versículos. ¿Verdad??.

En lo personal nunca he pasado por la experiencia de la carencia (económicamente hablando) de pan o comida, ni cuando era un niño mantenido por sus padres o en mi adultez siendo yo el proveedor de mi casa (se entiende que la provisión viene de Dios), por lo tanto no tengo esa autoridad para decir que se siente que un hijo te pide pan y no lo tienes, pero se que se, que por muy grande que sea la escasez jamás de los jamases le daría a mi hijo una piedra en sustitución de un pan, y me atrevo a hablar por la gran mayoría de nosotros, que haríamos casi cualquier cosa por llevar el pan a la mesa de nuestros hijos. ¿Quién nos enseñó ese concepto?, independiente de nuestra cultura o preparación ahi esta, lo traemos de fábrica, ese sentimiento ya venía incorporado en nosotros, con los años seguramente lo hemos ido perfeccionando, pero la base, el núcleo central ya estaba en nosotros, Dios nos lo dio, ES NUESTRA NATURALEZA PATERNAL, otorgada y heredada del Padre de padres, DIOS.  

De manera independiente a la realidad mundial que estamos viviendo en la actualidad, en mi opinión personal son claras señales del fin, comienzo de dolores, de una manera u otra esta pandemia nos ha afectado a todos, no obstante Dios no nos ha dejado, nos ha proveído, así mismo nosotros nos la hemos ingeniado o reinventado para no dejar de proveer a nuestros hijos, ese es un don de Dios, es nuestra Naturaleza Paternal.

Quiero despedirme con unas breves palabras y es mi intención que todos tengamos el don de Paternidad, y si alguno siente la necesidad de pedirlo al Padre, al dador, no hay mas que pedirlo. Si leemos el versículo siete nos daremos cuenta de la actitud generosa de nuestro Padre, Pedid y se os dará, buscad y hallaréis: llamad y se os abrirá. Está muy claro y entendible para cualquier persona relativamente normal.

Te damos gracias Senor por tu dádiva generosa, por tu paternidad tierna y tu admirable paciencia hacia tus hijos, en ocasiones duros de aprender, te damos gracias por tu hijo Jesucristo, por proveer muchas veces en silencio y de manera tan sutil que ni cuenta nos damos, gracias Senor por tus consejos, por tu palabra, te pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesus que nos concedas ese don hermoso de la paternidad, si hay fallas en nosotros te pedimos perdón y con humildad te solicitamos tu enseñanza y corrección cuando sea necesario.

Si alguno que esté de paso por esta pagina nunca ha visto o reconocido la gracia de Dios en su vida, te invito a aceptar a nuestro Señor Jesus como tu salvador personal, tu padre, amigo, consejero y todo lo que necesitas para alcanzar plenitud en tu vida.

Bendiciones a todos y será hasta una próxima oportunidad. Jehova Jireh!

Por Cristian Yavar

www.mamasqueoran.com

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