Biblia de MAMAS QUE ORAN en 90 días-Día 13/90-Deuteronomio 4 -16-CAMINOS INEVITABLES-Por Lucy Daluz

Un llamado a recordar y a obedecer

“Asegúrate de obedecer todos los mandatos que te entrego hoy. Entonces vivirás y te multiplicarás, y entrarás en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados y la poseerás. Recuerda cómo el Señor tu Dios te guío por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos. Sí, te humilló permitiendo que pasaras hambre y luego alimentándote con maná, un alimento que ni tú ni tus antepasados conocían hasta ese momento. Lo hizo para enseñarte que la gente no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor.”Deuteronomio 8.1-3

CAMINOS INEVITABLES

En estos días estuvimos viajando en automóvil por varias horas, a una zona rural de Australia llamada Moree, pero por más que tratábamos (en nuestro deseo) de acortar el tiempo en la ruta, esa trayectoria era necesaria e inevitable

Como en esta ocasión, algunas veces debemos transitar por caminos nada fáciles, en forma de pendiente o con pronunciadas bajadas, con muchas curvas o carreteras malas, o con animales que se atraviesan, (aquí tenemos zona de canguros, que nos obligan a manejar con mayor precaución), pero todas estas cosas son inevitables para llegar a nuestro destino. Estos caminos inevitables también se traducen en nuestras vidas.

Los israelitas debieron recorrer 40 años de ese camino inevitable, que forjaron su carácter y les enseñaron obediencia; “Recuerda cómo el Señor tu Dios te guío por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos.(v.2)

Todo este tiempo fue parte del camino necesario, para alcanzar la madurez como pueblo escogido por Dios. En el desierto recibieron provisión de lo alto, pero lo más importante de esa trayectoria, fueron las enseñanzas (en forma de pan espiritual diario), que le permitieron vivir en santidad, para alcanzar la tierra prometida.

Ellos necesitaban desenfocarse en solo sobrevivir, y en que Dios cubriera todas sus necesidades, y estar dispuestos que él les diera una nueva lección espiritual cada día, que los ayudaría a divisar las bendiciones que obtendrían por obedecer los mandamientos.

Cuando comenzaron a caminar por el desierto era niños espirituales, y estaban la mayoría del tiempo quejándose por casi todo, pero a medida que transcurrió el tiempo, pudieron entender que su crecimiento espiritual les acercaría más a tierra de bendición.

Lo que les sucedió a los israelitas, podemos identificar en nuestras vidas espirituales, donde en un sinfín de veces perdemos de vista el horizonte, por estar mirando las circunstancias y como consecuencia ignoramos el aprendizaje que nos brinda el camino.

Dejemos de preguntar ¿porque? Y comencemos a preguntar ¿para qué Señor?

A través de personas y situaciones Dios está tratando con nuestras vidas, para que cada día caminemos más en su luz y perfección. Para los israelitas fue un camino de prueba, pero inevitable para obtener la bendición. ¿Nos identificamos?

El recuerdo del camino que hemos atravesado es una exhortación a continuar avanzando en obediencia para obtener las promesas de Dios para nosotros.

Por lo tanto, obedece los mandatos del Señor tu Dios andando en sus caminos y temiéndolo. Pues el Señor tu Dios te lleva a una buena tierra, con arroyos y lagunas, con fuentes de agua y manantiales que brotan a chorros de los valles y las colinas. Deuteronomio 8.6-7