Lectura del dia: Jeremias 36-38
“Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado” (Jeremías 36:3)
Cuantas veces Jehová venia advirtiendo de diferentes formas estas palabras al pueblo de Israel. Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías y le dijo: Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy.
Dios escoge a Jeremías como su profeta y Jeremías llama a Baruc, su secretario y amigo personal como escriba de todo lo que Jehová quería decirle a su pueblo. Probablemente le llevo tiempo escribir estas advertencias y quizás espero el momento oportuno para dar lectura de ellas, debido a que eran advertencias desagradables y además, Jeremias ya se le había prohibido entrar en el templo en el que se leían los mensajes. Sin embargo Baruc tenía una buena disposición para ayudar a Jeremías poniéndose al servicio de Jehová al emplear sus destrezas y contactos sin miedo a las consecuencias. Ser capaz de hacer esto se convierte en una responsabilidad. Y La lectura de este rollo se hizo en voz alta en la casa de Jehová y todo el pueblo lo escucho. Cuando Joacim , quien se había vuelto a la maldad, escucho el relato se enfureció de tal manera que rasgo el rollo y lo arrojo al fuego ordenando el arresto de Jeremías y Baruc, quienes se escondieron e hicieron un duplicado del rollo por mandato de Jehová.
Joacim desafío estas palabras y pensó que él no tenía que darle cuentas a nadie, pero de Dios nadie se burla y tarde que temprano pagaría las consecuencias de su actuación. La palabra de Dios es vida y espíritu y quien ponga en duda esto se expone a vivir una vida vacía y sin cobertura porque lo que Dios dice, lo hará. Hoy no nos impresiona que La Biblia sea el libro más vendido, pero no el mas leído, muchos la ponen de reliquia en sus casas y creen que están protegidos, como entonces conocerán su palabra y como arrebataran al enemigo lo que ya les pertenece ¿Cuáles son esas promesas?
Finalmente el juicio de Dios vino sobre Joacim, fue derrotado por los babilonios, encadenado y llevado a rastras a la prisión para morir durante su cautiverio. No hubo nadie del linaje de Joacim que se sentara en el reino.
Mil bendiciones!!!!!
Silvia L. Sanchez 
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos, SENTITE PARTE ¡!!
¡¡Buenísima reflexión Silvia!! Bendiciones y un abrazo desde Argentina!!
Gracias Judith.Bendiciones para ti tambien.