Día 13/40 días con el Nuevo Testamento, la nueva campaña del Ministerio Internacional Mamás que Oran

Hoy leemos el evangelio de Juan, capítulos 15 al 21. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Juan+15&version=RVR1960

La Vid Verdadera 

Tal y como lo declara el mismo Señor Jesucristo en el Evangelio de Juan 15:5: “ Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en el, este llevara mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer.”

Sin lugar a dudas, fuera de la covertura divina de Dios es imposible que podamos permacer firmes y cosechar frutos del Espíritu. Por esto es necesario que nos mantengamos en una continua búsqueda y estrecha relación con nuestro Padre Celestial; a través de la oración y lectura de la palabra. 

Haciendo así, nuestra fe aumentará y nos encontraremos cada día mas cimentados en El. Y como todo buen pámpano fructífero, daremos más y más frutos. Por consiguiente, esto permitirá que el Espíritu Santo dirija y ejerza influencia sobre nuestras vidas, destruyendo el poder del pecado, y sobre todo las obras de la carne. De manera que podamos andar en continua comunión con Dios. 

Estos frutos a los que se refería el Señor Jesús en esta parábola, no es mas que el producto del poder transformador y regenerador de Dios, que caracteriza a todo creyente, y que pone de relieve su calidad de vida y el testimonio después de haber conocido la verdad.  

Vemos claramente como el apostol Pablo hace mención de estos los frutos del Espírtu en Gálatas 5:16-23: “… Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Sin embargo, en los versículos anteriores Pablo incluye una lista de las obras de la carne, haciendo un contraste muy claro entre estos dos; de la manera de vivir de un creyente lleno del Espíritu, y del que está aún dominado por la naturaleza humana.

A estos, el Señor les advierte en Juan 15:6: “Todo aquel que en mí no lleva fruto lo quitará, será cortado y echado al fuego.”  Todo creyente que profesa ser cristiano y no se adhiere a las enseñanzas de Jesus y su verdad reveladora, entonces quedaría excluído del reino de Dios.

Asi, que estate quieto, y confiad en el que te llamó. Sin dejar de estar vigilantes a las asechanzas del enemigo. Permanece firme en su amor, guardando sus mandamientos; “…que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo.” Fil 1:6 

Ingel Rojas, Maestra de Escuela Dominical para el Ministerio de Niños de Vida Church

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