Día 12/40 días con el Nuevo Testamento, la nueva campaña del Ministerio Internacional Mamás que Oran

Hoy continuamos leyendo el evangelio de Juan, capítulos 8 al 14. Ver link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Juan+8&version=RVR1960

¿De qué clase de perfume llenas tu casa?

Uno de nuestros 5 sentidos es el olfato. Todos tenemos un olor único, nuestra casa, nuestra familia. Podemos percibir el olor de la lluvia cuando toca la tierra, el olor de las flores, del mar. Muchas veces los aromas nos traen recuerdos como el olor a comida que preparaba la abuela cuando éramos niños o el perfume que utiliza una persona que amamos. Hasta Dios tiene olor Salmos 45:8. Dios creo infinitos olores ricos y feos. 

“Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.” San Juan 12:3 (NTV)

Jesús se encontraba cenando en la casa de Lázaro, Marta y María junto a sus discípulos. Era una cena donde el único agasajado era Jesús, estaba preparada en honor a él. Como buena anfitriona Marta estaba sirviendo a sus invitados pero de repente algo extraño sucede, María derrama un perfume a los pies de Jesús. 

Ese perfume no era cualquier perfume, era uno muy valioso, costaba el salario de todo un año de un obrero. Que importante era Jesús para María, decidió utilizar dicho perfume para ungir los pies de él.

Me encanta como Jesús utiliza algo que todos tenemos más o menos desarrollado, el OLFATO. Gracias a dicho sentido, podemos imaginarnos y ser parte, en alguna medida, de la historia. ¿Cómo sería el olor? ¿Cuántos días habrá quedado perfumada la casa? ¿Por cuánto tiempo permaneció el olor en los pies de Jesús?

Pero ahora te invito a detenerte en el final del versículo 3 “… La casa se llenó de la fragancia del perfume.”  Que aroma fuerte debería tener aquel perfume para inundar la casa con dicha fragancia. 

Podemos ver que María no solo lleno la casa con la fragancia del perfume de nardo, la colmó con olor a adoración, a humildad y a una actitud de entrega. Fue capaz de no mirar a quienes tenía alrededor, de no escuchar a aquellos que la juzgaban, sino que se concentró en adorar a Jesús. 

La pregunta es ¿De qué aroma estoy inundando mi casa? ¿Qué clase de perfume emano?

En 2 Corintios 2:15 dice que somos grato olor de Cristo. Cuando adoramos, nos humillamos y nos entregamos a Dios, emanamos una fragancia como la de Jesús. Y no solo es para nosotros, aquellas personas que nos rodean pueden percibir y ser empapados de ella. 

Sin embargo, no todos podemos emanar un olor agradable a Dios. Existe algo que nos separa y no permite que tengamos una conexión con Él, se llama pecado. El pecado son todas las cosas malas, nuestros malos pensamientos, nuestras malas actitudes, etc.

“… El maestro está aquí y te llama”  le dijo Marta a María, hablando de Jesús en San Juan 11:38

Ese mismo Jesús que llamó a María te está llamando hoy. Dice Jesús en San Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.” La única manera de poder acercarte a Dios es a través de Jesús, que te amo tanto que fue capaz de morir por vos en la cruz y resucitar al tercer día para limpiarte de tus pecados.

Hoy te invito a que lo aceptes como tu Salvador, que le pidas perdón. Jesús quiere transformar tu vida y la de las personas que tenes alrededor tuyo. 

Dios te bendice. 

Por Marina Padula, desde Buenos Aires, Argentina

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