La Paternidad de Dios: Abrazo Paternal, por Cristian Yavar

Bendiciones nuevamente a todos quienes forman parte de este bendecido grupo y por supuesto a quienes sin ser parte del mismo nos siguen de manera regular, a todos, judíos y griegos un abrazo Paternal de parte de nuestro Señor Jesucristo.

“ABRAZO PATERNAL”, linda frase no? quien no gusta de un abrazo de vez en cuando, uno de esos apretados, con afecto, con algunas palmaditas en la espalda, esos abrazos sinceros y hasta prolongados según sea la ocasión. Ese es el abrazo que nos ofrece Dios en cada momento. Todos hemos visto a un niño correr a los brazos de su padre verdad? literalmente corre y aun mas, con los brazos abiertos, que linda escena.

Ese mismo abrazo es el que nos quiere dar nuestro Padre, solo tenemos que acercarnos a Él como niños y recibiremos ese gran abrazo de parte de Dios, el abrazo de PAPÁ, el que nos felicita, nos consuela, nos aconseja, nos apachurra y consciente, aunque para el mundo quizás ya seamos unos viejos obsoletos, Dios nos sigue mirando como sus hijitos.

Tengo plena seguridad de que todos en algún momento hemos escuchado y recitado la oración que nos enseñó el Señor, el Padre Nuestro, esa oración muchas veces tan repetida, quienes como yo, que alguna vez pasamos por el catolicismo romano, no repetimos esa oración (y muchas otras más) una y otra vez, casi como penitencia, y sin saber quizás el verdadero propósito o significado de la misma, sencillamente la repetimos como loros una y otra vez, sin siquiera entender lo que decíamos casi de memoria.

Bueno, en el muy remoto caso de que alguno aún no sepa a qué me refiero les invito a compartir una porción de la linda palabra de nuestro Padre.
Leamos Mateo 6:5-15:

​Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

​Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

​Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

​No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

​Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

10 ​Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

11 ​El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

12 ​Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos anuestros deudores.

13 ​Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

14 ​Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

15 ​mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Linda no?, esta es la oración o mejor aún, la manera que el mismo Señor Jesús nos indicó de como llegar y comunicarnos con el Padre, es una oración modelo, nos indica pasos a seguir en una oración, no necesariamente repetirla una y otra vez, y como escribí anteriormente, sin saber ni siquiera de qué hablamos, Jesús nos dio una pauta, nos ilustra como orara en lugar de prescribir las palabras exactas a utilizar. Los judios no se dirigían a Dios de forma directa como Padre, sino que empleaban ese título personal para describir la relación del Señor con Israel o para referirse a Él como creador. “Padre Nuestro” era un título nuevo utilizado por Jesús, que escogió el término “Abba”, con un sentido más íntimo como “papá”, e invitó a todos los que le pertenecen a hacer lo mismo.

Jesús ofreció esta oración modelo, que algunos llaman “oración del Señor”. Desde los días de iglesia primitiva hasta la generación presente, los creyentes han utilizado esta oración en innumerables circunstancias diferentes, y la pregunta sigue siendo la misma: la entendemos realmente?.

Si alguna vez decidiéramos analizar esta oración detenidamente, palabra por palabra, versículo a versículo y hasta el orden de las palabras seguramente escribiríamos un libro con tan solo estos pocos versículos.

Desde el inicio de la oración Jesús nos da un sinnúmero de lecciones, nos prepara a tener un corazón y motivos puros, nos invita a tener una conversación privada al invocar la presencia del Padre, a disfrutar de una conversación llena de sentido y a la presentación de peticiones específicas.

Padre nuestro, nos muestra a reconocer que Dios es la PERSONA.

Santificado sea tu nombre, significa e invita a adorarlo por quien es, ALABANZA.

Venga tu reino, Hágase tu voluntad, nos lleva a buscar los deseos e intenciones del Padre, su palabra es el camino para hallar su voluntad: PROPÓSITO.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, pide al Padre que supla hasta tus necesidades más básicas y rutinarias, con el fin de llevar a cabo tus deberes espirituales, PETICIÓN.

Y perdónanos, pidamos al Padre que perdone nuestras fallas para darle la obediencia que le debemos, PERDON.

No nos metas en tentación, busca una forma de escapar al mal de la tentación, no a la eliminación de las pruebas, más bien del juicio que llega cuando estas te vencen. PROTECCIÓN.

Y bueno asi podríamos seguir escribiendo y ampliando nuestro diminuto conocimiento del PADRE.

Me despido en el amor del verdadero PADRE, del que no falla como nosotros fallamos, te pedimos Señor que nos guíes y formes para ser buenos Padres, no necesariamente biológicos, sino Padres Espirituales, con discernimiento, pidiendo perdón por nuestras fallas y errores, y esperando tu abrazo y provisión, si hay falta de perdón en nosotros te pedimos nos la muestres en el espíritu y nos otorgues ese don tan precioso del perdón y arrepentimiento, gracias Padre por nuestro Señor Jesucristo.

Me despido con un pensamiento:

Casi todos podemos ser papás, pero cuantos quisieramos ser PADRES?

Muchas gracias a todos, Dios los cuide.

por Cristian Yavar

www.mamasqueoran.com

Esta entrada fue publicada en La Paternidad de Dios y etiquetada , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.