Un famoso actor argentino que durante años realizó programas y espectáculos para niños usaba una frase tan conocida para algunos de nosotros: Qué gusto tiene la sal? -preguntaba y todos respondíamos a los gritos: «Salada» Quién se acuerda que avise !!! jaja
Hoy leía un pasaje muy conocido de la epístola de Santiago y como toda una MQO en el mes del Recetario de MQO, jaja todo tiene que ver con comidas e ingredientes mencionados en la Biblia.
Te transcribo el pasaje y vos decime cuál ingrediente te imaginas que voy a hacer referencia 🙂
La lengua
Hermanos en Cristo, no debemos tratar de ser todos maestros, pues bien sabemos que Dios juzgará a los maestros más estrictamente que a los demás. 2 Todos cometemos muchas faltas. ¿Quién, entonces, es una persona madura? Sólo quien es capaz de dominar su lengua y de dominarse a sí mismo.
3 Al caballo podemos dominarlo, y hacer que nos obedezca, si le ponemos un freno en la boca. 4 Algo parecido pasa con los barcos. Por grande que sea un barco, y por fuertes que sean los vientos que lo empujan, el navegante puede controlarlo con un timón muy pequeño. 5 Y lo mismo pasa con nuestra lengua. Es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque!
6 Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el infierno.
7 Podemos dominar toda clase de animales salvajes, de aves, serpientes y animales del mar, 8 pero no hemos podido controlar nuestra lengua ni evitar decir palabras que dañen. La lengua parece un animal salvaje, que nadie puede dominar y que está lleno de veneno mortal.
9-10 Con nuestra lengua podemos bendecir o maldecir. Con ella alabamos a nuestro Dios y Padre, y también insultamos a nuestros semejantes, que Dios hizo parecidos a él mismo. Hermanos, ¡esto no debe ser así!
11 De un mismo pozo no puede salir agua dulce y agua amarga o salada.12 Tampoco da higos un árbol de aceitunas, ni da uvas un árbol de higos.
Interesante pasaje, muy claro y muy específico, no te parece? Aquí en Miami tenemos uno de puertos de cruceros mas grandes del mundo y cuando los ves tan inmensos y pensas que los maneja un pequeño timón es como que quedamos confrontados con la realidad del poder que tiene nuestra lengua para bendecir o no, dependiendo de lo que hablemos. Mientras te pongas en algún momento a hacer la receta te invito a meditar en estas palabras siempre actuales del apóstol Santiago.
Hoy hacemos ñoquis: La receta es de una abuela italiana que vive en US pero es muy simple: 2 pounds (libras), aproximadamente 1 kg de papas + 1 taza de queso pecorino romano + 1 huevo – En el video ves como los va amasando y formando y luego los pones en agua con mucha sal para cocinarlos.
Sí, el ingrediente de hoy es el agua salada !!!! jaja
Santiago nos advierte que debemos cuidar lo que hablamos, no podemos hablar bien (dulce) o malas palabras, hirientes, que desalienten (salada) sino que seamos ejemplos de cristianos maduros, pudiendo controlar nuestra lengua, lo que hablamos y cómo lo hablamos.
Los ñoquis salieron espectaculares, y como van a ver en la foto mi trabajo era hacerle las ranuras a cada uno … jaja. Dany y Vicky se amasaron todo y lo super disfrutamos en familia y aún con amigos.
En el caso de la receta necesitamos el agua salada, para cocinar los ñoquis y darle buen sabor. Seamos sabios en el uso de nuestras palabras. Hoy nos decidimos a hablar bien, palabras que edifiquen, palabras que alienten y den ánimo.
La próxima vez que cocines ñoquis acordate: Qué gusto tiene la sal? jaja El agua bien salada para dar gusto y recordá las palabras del apóstol Santiago: CUIDEMOS NUESTRA BOQUITA !!!
El Señor continue bendiciéndote en todo.
Pra. Lic. Alejandra Zangaro
www.mamasqueoran.com
