Lectura del día: Zacarías 13 – Mateo 7.
“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho esto es la ley y los profetas” Mateo 7:12 (NVI)
Muchas veces escuchamos en consejería que algunos se quejan de la manera con que otros los tratan y se sienten sumamente heridos por ello.
Al indagar más en sus vidas, vemos tantas actitudes ofensivas que ellos tienen hacia los demás, lo que determina unas relaciones interpersonales muy complicadas.
Siempre hay un trauma, un estar a la defensiva por cosas que pasaron y te dañaron el alma.
Si el Espíritu Santo no sana esas áreas lastimadas de tu vida, difícilmente puedas llevarte bien o recibir un buen trato, porque no te das cuenta pero tú también procedes con aspereza, con desconfianza y eso genera que te devuelvan lo mismo.
Piensa esto;- ¿Quiero que me traten bien? Entonces-¿Qué actitudes debo cambiar?
¡Tengo que ser un pacificador! En cuanto de mi dependa. No significa resignarse al maltrato, solo con el amor que Dios derramó en nosotros podemos ver las cosas de otra manera, entender malas actitudes de algunos, soportar ofensas, orar por los que se conducen mal, seguir buscando la paz y procurar de hacer el bien a todos los que nos rodean.
El buen trato hacia los demás depende de un corazón sano, perdonador, compresivo, de un hijo de Dios que aprendió a vivir su Palabra y recibió su gracia para restaurar las áreas quebrantadas de su vida.
Recuerda que todo lo que siembras recoges, si siembras vientos recibirás tempestades, si tu trato es cordial las relaciones con los otros serán más accesibles, amables y te sentirás en paz.
Una «Mamá que Ora» desde Argentina
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“Por mi hijo oraba y el Señor me concedió lo que le pedí” 1Sam 1:27.
No estás sola en la lucha por tus hijos,
SENTITE PARTE ¡!!